¿Alguna vez te ha pasado que tu madre te llama por el nombre de tus hermanos, antes de recordar el tuyo?

Pues no te sientas ofendido ante esto, incluso si confunde tu nombre por el de tu perro. Esto, ya que un nuevo estudio sugiere que esto ocurre más frecuentemente de lo que muchos piensan.

De hecho, los investigadores descubrieron que las personas que tienden a confundirse con los nombres, generalmente siguen ciertos patrones.

El trabajo, en el que se encuestó a más de mil 700 personas y que fue publicado el 22 de abril en la revista científica Memory and Cognition, sostiene que cuando alguien llama a otra persona por el nombre equivocado, lo hace reemplazando el nombre por el de alguien que es parte del mismo grupo social.

Esta es la razón por la que cuando algunas madres le hablan a un hijo, suelen referirse a él con los nombres de los hermanos antes de llegar al correcto.

Este fenómeno se aplica también cuando una persona se refiere a un amigo, reemplazando su nombre por el de otros miembros del grupo social.

Mike G (CC) Flickr

Mike G (CC) Flickr

“Confundir los nombres es un error cognitivo que cometemos, lo que revela algo sobre quienes consideramos como parte de nuestro grupo”, explicó David Rubin, profesor de psicología y neurociencias del Duke University y quién trabajó en la investigación.

Cabe consignar que en 42 de los casos, los participantes señalaron que a veces confundían sus nombres por el de sus perros.

Así que cuando tu mamá te llama por el nombre del perro de la familia, lo que está haciendo es considerar a la mascota como parte importante de la familia.

El trabajo descubrió además que incluso algunas personas llaman a alguien confundiendo su nombre por alguno que suene similar.

Un dato interesante respecto a esto, es que llamar a alguien del grupo por el nombre del perro es mucho más frecuente que hacerlo por el del nombre del gato.

“Los perros responden ante sus nombres mucho más frecuentemente que los gatos, por lo que esos nombres son utilizados más a menudo”, aseveró en un comunicado Samantha Deffler, estudiante de doctorado en el Duke University y quién lideró de la investigación.

“Quizás debido a esto, los nombres de los perros parecen estar más integrados con las concepciones de las personas con sus familias”, agregó.

Por su parte, la apariencia física no resultó un factor determinante respecto al fenómeno de confundir los nombres.