Cuando pensamos en los síntomas de un posible ataque al corazón de inmediato pensamos en un intenso dolor en el pecho, pero en las mujeres, los indicios son más sutiles que en los hombres.

Seguramente nunca lo imaginaste, pero hay una molestia específica que puede ser una clara señal de un infarto: el dolor de mandíbula. Sí, resulta extraño, pero así lo confirmó al sitio de la revista Prevention, Laxmi Mehta, director clínico del Programa de Salud Cardiovascular de la Mujer en el Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio.

Además, explicó que hay otros síntomas específicos en la mujer como dolor en la parte superior de la espalda, dolor en el brazo, fatiga intensa y ardor en el estómago.

Mehta también es autor principal de la declaración de la Asociación Americana del corazón (AHA) la cual explica que las mujeres pueden esperar alrededor de 54 horas antes que llegue el médico mientras que los hombres sólo resisten alrededor de 16.

“Las mujeres tienden a tener una falta de conocimiento de sus riesgos esenciales” dijo el experto agregando que a veces pueden ser más pasivas en cuanto a su salud.

Así mismo, la AHA, reveló que las mujeres jóvenes que tienen ataques al corazón evolucionan peor que los hombres jóvenes y que las mujeres afroamericanas e hispanas tienen más factores de riesgo ya que suelen tener menos conciencia y un menor acceso a la medicina.

“Las mujeres definitivamente tienen que ser conscientes de sus síntomas y los riesgos” concluyó Mehta.

¿Cómo prevenir?

Los accidentes cardiovasculares son la primera causa de muerte en Chile y los responsables del 30% de los fallecimientos, además de significar la tercera causa de invalidez en nuestro país, pero ¿cómo podemos prevenirlo?.

Fernando Vilchez, cardiólogo de Vidaintegra explicó a BioBioChile que podemos evitar un ataque al corazón con una alimentación balanceada, rica en frutas y verduras y baja en calorías, dejando de fumar, realizando actividad física y manteniendo un peso ideal.

Asimismo, recomendó consultar al cardiólogo a partir de los 30 ó 35 años, sobre todo si en la familia existen hombres menores de 55 años o mujeres menores de 65 años que hayan sufrido algún ataque cardíaco.

Si existen enfermedades familiares como la hipercolesterolemia, también es positivo consultar y realizarse chequeos regulares. El electrocardiograma se aconseja después de los 40 años.