Una verdadera batalla campal se vivió este sábado en el Valle del Sol con la realización de la sexta versión de la Guerra del Tomate, sin duda la actividad más esperada del verano en Quillón, tanto por los habitantes de la comuna como por los miles de turistas que la visitan en temporada estival.

Cien toneladas del tradicional fruto fueron depositadas en la medialuna del sector La Esparraguera, hasta donde llegaron más de 15 mil personas, ya sea a participar del combate o presenciarlo desde lejos. Pero aún así, nadie se salvó de recibir al menos un tomatazo.

“Un día más que fantástico en Quillón, con miles y miles de personas que lo pasaron estupendamente bien. Quiero desafiar a alguien para que me diga si en Chile hay una comuna más entretenida que Quillón para pasar el verano. Ha sido un éxito excepcional, miles de personas todos los días, bailando, cantando, riéndose; con todos los espectáculos que ponemos a su disposición y de manera totalmente gratuita”, afirmó el alcalde Alberto Gyhra.

Antes de comenzar la batalla del tomate, se tenía previsto que los comediantes Salomón y Tutu Tutu pusieran la cuota de humor en su primer reencuentro oficial con el público. Sin embargo, la efervescencia de la gente era tal que ingresaron de inmediato al ruedo y bajaron a tomatazos a los artistas, a quienes no les quedo otra que guarecerse en un camarín.

“Espectacular esta Guerra del Tomate. Lo que nos pasó es parte del juego, de la efervescencia que produce este tipo de actividades, pero súper bien. Estamos bastante contentos. La idea era que quedara la embarrada y la meta está cumplida. Quillón se posicionó como Trending Topic y la idea es que la ciudad resalte. Y así fue”, aseguró Pablo Zamora, quien encarna al deslenguado Profesor Salomón.

Ya desatada la guerra, fue posible ver en la medialuna a cientos de personas lanzando tomates a destajo. Pero el blanco de todos los tiradores fue Ignacio Lagos, oriundo de Quillón, quien en su sexta participación no quiso desteñir y entró vestido de terno y corbata. “Entré con terno para marcar la diferencia. Encontré que era una forma distinta de enfrentar la Guerra del Tomate, en años anteriores entraba con la misma ropa y ahora quise innovar. El terno lo saqué escondido de mi mamá, así que cuando se enteré no le va a gustar”, bromeó.

La sexta versión de la Guerra del Tomate fue todo un éxito y se extendió hasta pasadas las 19:00 horas, momento en que ya el sol estaba decayendo. El calor fue intenso, con 33 grados, pero personal de Bomberos apoyó en la labor de refresco de los cientos de gladiadores que se atrevieron a disparar uno de los frutos estrella de Quillón.

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