La OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, dio a conocer un reporte sobre el rendimiento escolar, llevado a cabo en 64 naciones, considerando resultados de la pruebas PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes).

De acuerdo al informe, en 2012 el 52% de los estudiantes chilenos tuvo un bajo rendimiento en matemáticas (la media de la OCDE es del 23%), un 33% bajo en lectura (media del 18%), un 34% bajo en ciencias (media del 18%), y un 25% bajo en las tres materias (media del 12%).

PISA define estudiantes de “bajo rendimiento” como aquellos que puntúan por debajo del Nivel 2 en la pruebas de matemáticas, lectura y ciencias, nivel considerado como el básico requerido para participar plenamente en una sociedad moderna.

La organización asegura que “el bajo rendimiento en la escuela puede tener consecuencias severas para los estudiantes y para la sociedad en su conjunto”, como mayores dificultades para conseguir trabajos bien remunerados y carencia de competencias que pueden comprometer “el crecimiento económico a largo plazo”.

El informe detalla que en Chile un estudiante socio-económicamente desfavorecido tiene una probabilidad 6 veces mayor de tener un bajo rendimiento que un estudiante favorecido. Los datos revelan que un 75% de los estudiantes desfavorecidos tuvo un bajo rendimiento en matemáticas (no alcanzó el Nivel 2), mientras que eso ocurrió en un 25% de los de buena situación.

Señalan que en nuestro país la probabilidad de tener un bajo rendimiento en matemáticas es mayor para los estudiantes de bajos recursos, las mujeres, los estudiantes que asisten a escuelas en zonas rurales, los que no han recibido educación preescolar, y los que han repetido curso.

Estiman que “si todos los estudiantes chilenos de 15 años alcanzasen por lo menos el nivel básico de rendimiento en PISA, el PIB de Chile en 2095 podría ser un 35% más elevado“.

Acierto en Lenguaje y claves para el futuro

La OCDE destaca que el porcentaje de estudiantes de bajo rendimiento en lectura disminuyó 15 puntos porcentuales entre 2000 y 2012. Con esto Chile es uno de los países donde ha habido un mayor progreso en la reducción del bajo rendimiento en lectura.

Informan que los estudiantes nacionales reducen la probabilidad de tener bajo rendimiento cuando asisten a colegios donde los profesores tienen una moral (entusiasmo) más fuerte y expectativas más altas, donde hay menos ausentismo de parte de los profesores, más docentes calificados, y más actividades extra-curriculares disponibles.

Otro factor es el esfuerzo de los padres, porque explican que los alumnos que asisten a colegios donde los apoderados nunca o casi nunca ejercen presión para mantener los estándares académicos tienen, en promedio, una probabilidad 36% mayor de tener un bajo rendimiento en matemáticas.

Afirman que países diversos como Brasil, Alemania, Italia, Polonia, Portugal, la Federación Rusa, Túnez y Turquía han reducido su proporción de estudiantes de bajo rendimiento en matemáticas entre 2003 y 2012. Para la OCDE la clave es que las naciones “pueden mejorar el rendimiento de sus estudiantes, siempre y cuando existan la voluntad de poner en práctica las políticas educativas adecuadas“.

“El primer paso para los gobiernos es hacer del bajo rendimiento una prioridad en su agenda de política educativa y convertir esa prioridad en recursos adicionales”, postulan.

El organismo formula un plan para reducir el bajo rendimiento, que puede incluir medidas como:

· Desmantelar las múltiples barreras de aprendizaje
· Crear un entorno de aprendizaje en las escuelas que sea exigente y ofrezca apoyo a los estudiantes
· Ofrecer refuerzo escolar tan pronto como sea posible, animar a los padres y las comunidades locales a involucrarse en la vida escolar
· Inspirar a los estudiantes para que saquen el mayor rendimiento posible a las oportunidades educativas
· Identificar a los estudiantes de bajo rendimiento y diseñar una estrategia adecuada a su perfil
· Ofrecer refuerzo individualizado a los colegios y las familias desfavorecidas
· Ofrecer programas de refuerzo especiales para los estudiantes de origen inmigrante, que hablen una lengua minoritaria o que provengas de zonas rurales
· Atacar los estereotipos de género y dar apoyo a las familias monoparentales
· Reducir las desigualdades en el acceso a la educación preescolar y limitar la separación de los estudiantes por nivel académico

Para la OCDE “políticos, profesores, padres y los propios estudiantes tienen un papel importante que jugar”.