Los cascos de un caballo blanco resuenan en los adoquines de la ciudad británica de Coventry, sobre él, Lady Godiva se abre paso por el mercado.

Su larga cabellera dorada es lo único que cubre su hermoso cuerpo. Pero a pesar de la sensualidad de esta imagen, la aristocrática mujer no buscaba dejar boquiabiertos a los hombres ni despertar la envidia de las féminas, su objetivo era mucho más noble: lograr que se rebajaran los altos tributos que debía pagar su pueblo y en BioBioChile te contaremos cómo.

Relata la historia que en el siglo XI, plena Edad Media, vivió el poderoso conde Leofric quien abusaba de su soberanía para cobrar excesivos impuestos a los habitantes de Coventry (Inglaterra). Descontenta con las medidas despóticas de su marido, Lady Godiva lo exhortó en repetidas ocasiones a que redujera los gravámenes que le cobraba al pueblo.

Según el sitio Enciclopedia Británica, uno de los primeros relatos de este suceso está escrito por Roger de Wendover en su Chronica donde explica que Leofric cansado por las insistencias de su mujer terminaría diciéndole algo así como: “Rebajaré los impuestos el día en que tú te pasees por el concurrido mercado cabalgando desnuda”.

John Collier (1987)

John Collier (1897)

Y como las mujeres no somos testarudas, ya podrás imaginarte la cara que habrá puesto el conde cuando su Lady Godiva se despojó de sus prendas medievales (capas y capas que le cubrían hasta la punta del pie) y montada sobre un caballo blanco partió a desafiarlo.

Si no te parece un acto de gran osadía, sólo imagina a la esposa del alcalde de tu comuna arriba de una bicicleta -para darle un toque contemporáneo- tal cual llegó al mundo y paseándose por la feria del día domingo, con el objetivo de que su marido sea más justo con quienes lo han elegido. Considerando además que en la Edad Media el pueblo no tenía pito que tocar en la decisión de quién era conde o no.

Edmund Blair Leighton (1892)

Edmund Blair Leighton (1892)

El desenlace tiene un final feliz: Leofric, convencido por el acto heroico protagonizado por su esposa, cumple su promesa y elimina los desmedidos tributos (no puedo dejar de sonreír al imaginar a nuestra protagonista moderna en la portada del “diario popular” después de mostrar sus partes íntimas en medio de repollos y tomates y a su marido edil orgulloso anunciando: “¡Los redimo de todo impuesto!”).

La leyenda al desnudo

Pero ¿qué tan cierta es la historia de Lady Godiva? La verdad es que si bien existen registros de su vida y de estar casada con Leofric, el resto del relato es un poco incierto y muchos historiadores concuerdan en que la mítica cabalgata posiblemente sea una fábula creada con el pasar de los años.

En el sitio web de la revista Harvard Magazine plantean: “Una pieza fascinante de la historia. Pero la mayoría de los expertos en el medioevo coincide en que el viaje nunca tuvo lugar”. Para confirmar aquella hipótesis, la revista realizó una entrevista al profesor de inglés y literatura americana y lenguaje Daniel Donoghue autor del libro Lady Godiva: A Literary History of the Legend, quien afirma que la historia se basa en la vida real de Godgifu (su nombre original que significa ‘regalo de Dios’, Godiva sería una latinización), pero cuyos historiadores contemporáneos no consideraron su vida particularmente notable como para registrarla, más allá de nombrarla como la mujer del poderoso conde.

Marshall Claxton (1850)

Marshall Claxton (1850)

Donoghue sostiene que dos siglos después de la muerte de la heroína, cronistas de la Abadía Benedictina de St. Albans insertaron una narración completamente desarrollada en sus historias Latinas, dando origen a la narración de Lady Godiva. “Nadie sabe muy bien por qué la leyenda fue inventada y adherida a su nombre”, afirma el investigador.

En el siglo XVII incluso surgió un nuevo pasaje en la fábula que incluye la figura de “Peeping Tom” (Tom el mirón) que consiste en lo siguiente: los pobladores de Coventry, como un gesto de apreciación y respeto por Lady Godiva, se quedaron dentro de las casas cerrando las persianas y las puertas para no verla mientras ella pasaba desnuda. Todos excepto Peeping Tom, un sastre que no se pudo resistir y por “sapo” quedó ciego por justicia Divina.

Realidad o ficción, lo cierto es que Lady Godiva se transformó en la heroína por antonomasia en Coventry y su historia ha inspirado varias películas, libros, poemas, obras de arte y ha sido citada incluso por populares bandas como Queen que en la canción “Don’t stop me now” incluye un verso que dice: “I’m a racing car passing by, like lady Godiva”; Aerosmith en “My Girl” contiene la frase: “My girl’s a Lady Godiva” y Peter Gabriel que en su tema “Modern Love” menciona “for Lady Godiva I came incognito”.

Estatua de Sir William Reid Dick (1949) en Coventry

Estatua de Sir William Reid Dick (1949) en Coventry

Y si te gustan los chocolates, seguramente conoces la marca belga Godiva (creada en 1926), cuyo logo es justamente una mujer desnuda a caballo. En el sitio web se puede leer una explicación de por qué el dueño de la chocolatería la bautizó así: “La famosa historia de Lady Godiva es la inspiración detrás del nombre de la chocolatería (…) Él (Joseph Draps, fundador) buscó un nombre para su empresa que encarnara valores eternos equilibrados con audacia moderna – al igual que nuestra dama de la leyenda”.

Lady Godiva se convirtió en sinónimo de valentía, nobleza y compasión. Y una de las razones que inspiró a Donoghue a investigar su historia y escribir un libro fue que la leyenda estaba comenzando a desaparecer del imaginario de las nuevas generaciones: “Nuestros niños conocen los chocolates Godiva (…) pero realmente no saben nada acerca de esa historia”, afirmó el académico al sitio Harvard Magazine.