Santiago Mundt Fierro (1916-1971), más conocido como Tito Mundt, es hasta ahora uno de los grandes periodistas chilenos de mediados del siglo XX. Ganador del Premio Nacional de Periodismo mención Crónica en 1956, fue un enamorado del país hasta su médula, durante años entregó a través de una pluma una certera visión de Chile, de su gente, de lugares de Santiago; de la forma de hacer periodismo en los 50s y 60s, los lugares del mundo que visitaba, los avances tecnológicos de la época y perfiles de varios personajes que marcaron la historia nacional desde sus inicios en 1810.

Viajero apasionado y dotado de una gran cultura, Mundt supo dejar huella en múltiples páginas, impresiones del mundo en el cual le tocó vivir, que aparecieron en las páginas de medios tales como la revista Sucesos, Zig-Zag, Ecrán y Topaze, además de Las Últimas Noticias, Extra y Sensación y La Tercera de La Hora.

Y es esa visión de mundo, de un país que tímidamente se abría a la modernidad, la que queda magistralmente plasmada en la compilación de crónicas “Tito Mundt, el último gran reportero, sus mejores crónicas en La Tercera de la Hora (1955-1971)” editado por Lucas Vergara Brunet a través de Lolita Editores. (2015)

La compilación de Lucas Vergara es una acertada elección de entretenidas e interesantes historias que dieron vida al imaginario periodístico de Mundt sobre múltiples temas, en los cuales la visión del reportero, del periodista cuyo norte es la información, está por sobre todos los demás placeres y prebendas del mundo. En ellas destaca el mundo de la prensa en Chile, sus penas y alegrías.

“Viene la paz y aquí estamos con las manos en la máquina frente a la marea de noticias que nos viene de todas partes. Claro que no tenemos guerra. Que los Sputniks se tiran en otros países. Que Argelia queda lejos. Que Túnez no está precisamente al alcance de la mano, y quizás por eso estamos un poco aburridos. Un crimencito, dos cadáveres al día, un choque terrible, la declaración de un candidato a la Presidencia, el derrumbe de una mina, las vacilantes llamas de los incendios, etcétera, no le bastan al periodista que le gusta estar al pie de la noticia y sentir el perfume acre del ‘golpe’ “. (¡Se me olvidó que ayer era mi día! Pág. 283)

Asimismo, la selección de compilaciones de Mundt, hechas por Vergara Brunet, es rica en mostrar el talento del reportero al describir y contar historias, tal como se aprecia en este fragmento de ¡Hotel Saint Michel! (pag. 102)

“Pero sigamos con el Hotel… Tiene más de cien años y en el segundo piso se escribió la novela Escenas de la vida Bohemia, de Murger, que dio origen a la célebre Bohème… La dueña se llama Madame Savage. ¡Ah, Madame Savage! El peor genio de Francia y la máxima ternura. Le cargan los estudiantes que preguntan cosas en mal francés… y los periodistas chilenos que a veces sufren un ataque de amnesia y se olvidan de pagar puntualmente los 450 francos al día… “

Uno de los temas que llama la atención del lector de esta compilación de textos es la completa vigencia que aún hoy, casi sesenta años más tarde, tienen las crónicas de Mundt. Más aún, es el mismo cronista quien se encarga de recordárselo al lector en el texto.

“Si lo que dice el grave caballero de cuello corta-fuego es cierto, el país está al borde de la quiebra, y una casta sin corazón y sin entrañas gobierna la larga y tolerante faja de tierra que llamamos Chile. (…) la situación económica, política y social no puede ser más desastrosa. Los políticos son una mata de vivos y de sinvergüenzas y no hay ministro que no debiera ingresar al cartel sobre la marcha. El pobre Presidente no tiene idea de la marcha de la Hacienda Pública y los ministros son unos perfectos colgados que estarían caros para suches grado 20″ (“Nada Nuevo Bajo el Sol”, pag. 289)

En resumen, la compilación de Vergara Brunet sobre el trabajo en la prensa de Mundt nos abre una ventana para conocer el Chile de los 50s, 60s y 70s, junto con el imaginario de toda una época que se perdió de golpe y porrazo en 1973. Así también nos permite darnos cuenta que las preocupaciones ciudadanas se mantienen inalterables, a pesar de las décadas de distancia.

Tito Mundt, El Último Gran Reportero
Lolita Editores
Edición, selección y prólogo de Lucas Vergara Brunet
2015
ISBN 978-956-8970-56-7