Por casi un año Niamh Ní Dhomhnaill y Magnus Meyer Hustveit mantuvieron una relación amorosa. La pareja vivía junta en un departamento en Dublín, la capital de la República de Irlanda y pese a que su convivencia no era muy buena, Ní jamás imaginó que las cosas eran peor de lo que pensaba.

“Me desperté un día y no tenía puestos los pantalones de mi pijama”, confiesa al portal deBBC la mujer sobre la primera vez que se percató que su novio abusaba de ella. “Me di cuenta de que estaba empapada de algo que parecía ser semen”, testifica.

Estando segura de la violación de su novio, decidió enfrentarlo y preguntarle sobre la práctica. “Se mostró totalmente indiferente y solo dijo: ‘Sí, lo hice’”, recuerda y señala: “le dije que si estaba dormida no era capaz de dar consentimiento y me dijo: ‘Está bien, no lo haré otra vez’”.

A pesar que su novio confesó que le hacía todo tipo de caricias sexuales e incluso la penetraba, Dhomhnaill nunca se despertó en medio de la violación. Sin embargo, pese a la promesa de “no hacerlo nunca más”, Magnus continuó abusando de ella durante la noche.

Kou Art

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Denunciando a su propio novio

Cansada de esta situación, Ní Dhomhnaill decidió denunciar las violaciones de su novio. Para ello, la mujer necesitaba una prueba que respaldara su testimonio, razón por la que lo interrogó a través de su correo electrónico. “Sabía que no tenía sentido acudir a la policía irlandesa si no tenía ningún tipo de prueba. Tenía que ser más inteligente”, relata.

Fue a través de este medio, donde descubrió la frecuencia con la que su cuerpo era abusado mientras dormía.“Él me dijo: ‘He estado haciendo esto tres a cuatro veces a la semana desde que nos conocemos’”, señala.

En el juicio Magnus se declaró culpable por cargo de violación y asalto sexual. Pero la justicia irlandesa solo se limitó a darle 7 años de sentencia suspendida, lo que significa que no tuvo que ser encarcelado. En la oportunidad el juez rescató lo “importante” que era la actitud del hombre al confesar su delito.

Niamh cuenta que recuerda haber escuchado al juez decir: “siete años”, pero no escuchó la parte de “totalmente suspendida”. Luego fue su madre quien le tuvo que explicar que su ex no iba a prisión. “Me siento frustrada”, comenta.

Respecto a las reacciones de su ex pareja, Ní recuerda que “no hubo expresión alguna de remordimiento a lo largo del juicio y recuerdo haber pensado que era raro que no hubiese hecho el intento de decir que lo sentía“.

“Mi mayor preocupación es que la gente que oye esta historia no se atreva a reportar una violación o un asalto sexual”, dice Niamh y destaca: “Yo no creo que los abusadores abusen una sola vez. Se deben considerar los testimonios de otras mujeres para hablar y evitar seguir siendo víctimas”.