La Comisión Interamericana de Derechos Humanos expresó este martes su “profundo repudio” por la “escalada de violencia política” en Venezuela, en una declaración que fue rechazada casi de inmediato por la representación venezolana ante la Organización de Estados Americanos.

En una nota oficial, la CIDH -un órgano autónomo de la OEA – condenó el asesinato del dirigente opositor Luis Manuel Díaz y por ello pidió al gobierno “tomar medidas contundentes para investigar, procesar y sancionar” a los responsables por el crimen.

La CIDH también pidió al gobierno venezolano que garantice el “derecho de asociación y libertad de expresión” de todos los segmentos políticos para que puedan manifestarse antes de las elecciones legislativas.

“En vísperas de las elecciones parlamentarias, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos llama al Estado de Venezuela a garantizar un clima de libertad y seguridad para quienes participan en actos políticos como parte de su derecho a vivir en una democracia respetuosa del Estado de Derecho”, expresó la entidad.

Instantes más tarde, la misión permanente de Venezuela ante la OEA emitió una nota en la que “rechaza categóricamente” la nota de la CIDH por considerar que “prejuzga de manera irresponsable y tendenciosa un hecho que está en proceso de investigación”.

De acuerdo con la representación diplomática ante la OEA, la CIDH emitió esa nota sin previamente solicitar informaciones al estado venezolano, apoyándose en “información parcializada emanada de medios de comunicación y redes sociales”.

“No es cierto que en Venezuela exista una ‘escalada de violencia política’ y que no se garantice ‘el derecho de asociación y libertad de expresión de todos los sectores políticos’ en un clima ‘libre de violencia y hostigamiento’”, afirmó la misión diplomática ante la OEA.

Díaz, secretario de Acción Democrática (AD) en Altagracia de Orituco (estado Guárico, centro), fue baleado la noche del pasado miércoles en una tarima durante un acto de campaña al que asistía Lilian Tintori, esposa del líder opositor preso Leopoldo López.

Venezuela ocupa actualmente la presidencia rotativa del Consejo Permanente de la OEA, en momentos en que el gobierno de Caracas y el secretario general de la entidad continental, Luis Almagro, parecen haber entrado en franca ruta de colisión.

El gobierno venezolano y Almagro sostienen desde hace varias semanas un amargo cruce de declaraciones y cartas abiertas, que se inició luego de que Caracas rechazó una oferta de la OEA de enviar una misión de observación electoral a las elecciones del domingo.

En ese intercambio, Almagro (quien tuvo el apoyo de Venezuela para llegar al cargo) consideró que el asesinato de dirigentes políticos era una “herida de muerte a la democracia“, y en respuesta el presidente Nicolás Maduro lo calificó en un discurso público como “una basura”.