Debido a la fuerte irrupción de internet en los aparatos móviles, la pornografía online se ha posicionado como la mayor fuente de material erótico de esta década, y ello se debe a que a diario está entregando una serie de imágenes inagotables que cambian de forma cotidiana.

Según el último estudio llevado a cabo por la Universidad de Cambridge en Reino Unido, este tipo de comportamiento (ver pornografía online) provoca que las personas que sufren de adicción al sexo sean más susceptibles a las “señales” de internet vinculadas a imágenes sexuales que a las fotografías de temáticas neutras.

Es que aquella dificultad de controlar los pensamientos sexuales y su respectiva conducta forma parte de una enfermedad que en la actualidad afecta a 1 de 25 adultos jóvenes. Tal adicción que repercute directamente en el entorno familiar y vida social del individuo, está íntimamente relacionada a una hiperactividad de tres zonas concretas del cerebro: el núcleo accumbens, la dorsal cingulada anterior y la amígdala, todas ellas asociadas a los estímulos producidos por las drogas.

En la investigación a cargo del científico Valerie Voon, los expertos estudiaron el comportamiento de 22 adictos al sexo y 40 hombres sanos, sin adicciones. En el primer análisis ambos grupos tuvieron que observar una serie de imágenes por parejas, retratos que incluían mujeres desnudas, muebles (objetos neutros) y mujeres vestidas.

Tras proyectar aquellas imágenes, se les pidió a los participantes que eligieran una fotografía para ganar 1 libra por cada par de retratos (la posibilidad de ganar eran de un 50%). En aquella instancia los adictos al sexo sucumbieron ante la foto con tintes sexuales, mientras que el grupo de control eligió las fotos de mujeres vestidas por sobre las del mueble (neutro).

Frente a este estudio el líder de tal exploración revela que “todos podemos llegar a buscar nuevos estímulos en la red, los cuales podrían surgir revoloteando ciertas páginas o redes sociales. Sin embargo, para quienes tienen una conducta sexual compulsiva, esto se convierte en un patrón de comportamiento fuera de su control que hace que se centren única y especialmente en imágenes pornográficas, donde romper ese vinculo puede ser extremadamente difícil.

La segunda parte de la investigación se basó en un nuevo ensayo, donde 20 adictos al sexo y 20 voluntarios sanos fueron emparejados y sometidos a escáneres cerebrales mientras observaban varias imágenes repetidas: una mujer desnuda, una moneda y una caja gris.

Tal experimento cerebral arrojó que cuando los adictos al sexo veían la misma imagen sexual de una manera repetitiva, experimentaban una disminución de la actividad en la región del cerebro conocida como la corteza cingulada, ello ya que el adicto al sexo encuentra menos estimulante una imagen repetida, lo cual se conoce como: el efecto de habituación, donde lo conocido ya no produce excitación alguna.

“Nuestros hallazgos son particularmente relevantes en el contexto de la pornografía online. No está claro lo que desencadena la adicción al sexo en primer lugar y es probable que algunas personas estén más predispuestas que otras a este tipo de cuadros, pero el consumo interminable de nuevas imágenes sexuales disponibles en la web alimenta de forma considerable la adicción al sexo, por lo que es todo un desafió escapar” sentencia Voon a la revista científica Muy Interesante.