Turquía, acusada por Moscú de “provocación planificada”, por haber derribado la víspera un cazabombardero ruso cerca de la frontera siria, publicó este miércoles, una grabación con la que intenta probar que la aeronave violó su espacio aéreo, aunque también tendió la mano a Rusia.

El ejército turco hizo pública esta grabación de las supuestas advertencias lanzadas al avión de combate ruso Su-24, abatido el martes por cazas F-16 cerca de la frontera siria.

“Esta es la Fuerza Aérea Turca. Se está aproximando al espacio aéreo turco. Cambie su rumbo al sur inmediatamente”, se puede oír en una de esas grabaciones (desde 0:36 en el video adjunto).

https://www.youtube.com/watch?v=Eheu9y5cHdg

Sin embargo, un hombre presentado por la televisión rusa como el piloto del avión abatido, dijo que no había recibido “ninguna advertencia” turca. Moscú asegura que su aparato no abandonó en ningún momento el espacio aéreo sirio.

La aeronave rusa se estrelló en el extremo noroeste de Siria, al norte de Latakia. Desde hace días, la zona es escenario de combates entre el ejército sirio, apoyado por la aviación rusa desde el 30 de septiembre, y grupos rebeldes.

El canciller ruso, Sergei Lavrov, se entrevistó por teléfono con su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, en el primer contacto bilateral desde el incidente del martes.

Tras la conversación, Lavrov dijo que Moscú tiene “serias dudas de que se trate de un acto espontáneo”, y estimó que el incidente “se parece mucho a una provocación planificada”.

No obstante, “no planeamos ir a una guerra con Turquía; nuestra actitud hacia el pueblo turco no ha cambiado”, dijo el ministro para calmar la situación. Eso sí, Moscú va a “reevaluar seriamente” su relación bilateral.

El martes, el presidente ruso Vladimir Putin tachó el incidente de “puñalada en la espalda cometida por cómplices de los terroristas”, y este miércoles recomendó a sus conciudadanos que boicoteen las playas turcas, un importante destino turístico.

Turquía pide calma

El gobierno turco, país miembro de la OTAN, también se esforzó en rebajar la tensión con Moscú.

El presidente, Recep Tayyip Erdogan, declaró en un discurso en Estambul que su país no tiene “la menor intención de provocar una escalada”, aunque advirtió también que “nadie puede esperar que nos quedemos en silencio cuando la seguridad de nuestras fronteras y nuestra soberanía se ven violadas”.

Poco después, el primer ministro turco Ahmet Davutoglu abundó en la misma línea diciendo a sus diputados que su gobierno “no tiene intención de poner en peligro” las relaciones con Rusia, que “es nuestro amigo y nuestro vecino”.

En una conversación con Erdogan, el presidente francés François Hollande también hizo un llamado a rebajar la tensión, al igual que Estados Unidos y la OTAN.

Uno de los pilotos rusos, que consiguió eyectarse antes de la caída, murió por disparos de rebeldes sirios antes de tocar tierra con su paracaídas, según Moscú.

El segundo fue rescatado y llevado a su base gracias a una operación del ejército sirio regular y tropas rusas, anunció este miércoles el ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu.

Además, murió un soldado ruso en una operación de rescate frustrada, cuando el helicóptero Mi-8 en el que viajaba fue tiroteado y obligado a descender.

En tanto Turquía habría reforzado el patrullaje de sus fronteras con 18 F-16, según la prensa, Rusia intensificó sus ataques en la zona donde fue abatido el Su-24, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Grave crisis rusoturca

El incidente ha abierto una grave crisis entre dos países que mantienen posiciones encontradas en el conflicto sirio. Prueba de esa tensión, este miércoles cientos de manifestantes lanzaron piedras y huevos contra la embajada de Turquía en Moscú, sin que la policía interviniera.

Para Turquía, la renuncia del presidente sirio Bashar al Asad es una condición indispensable para solucionar la contienda. Rusia, en cambio, apoya al mandatario contra viento y marea, junto con Irán y el Hezbolá chiita libanés.

Por otro lado, tras el incidente Rusia anunció el despliegue de sistemas de defensa antiaérea S-400 en su base aérea de Hmeimim, en el noroeste de Siria, lo que completará el envío, frente a las costas de este país, del crucero lanzamisiles “Moskva”.

A nivel estratégico, el incidente dificulta mucho los esfuerzos de Francia de sumar a Moscú a la coalición antiyihadista.

El embajador ruso en París, Alexander Orlov, aseveró este miércoles que su país está dispuesto a formar “un Estado Mayor conjunto” contra el EI, que incluya a Francia, Estados Unidos e incluso a los turcos, que “si también quieren, son bienvenidos” a dicha coalición.

Sin embargo, el presidente estadounidense Barack Obama advirtió el martes que para trabajar con Rusia, este país deberá concentrar sus ataques en Siria contra los yihadistas del Estado Islámico, y no contra otros grupos rebeldes hostiles al presidente Asad.