Dos cosas parecen ser claras: que el cuento “Caperucita Roja” subraya una cierta confrontación de sus protagonistas con peligros supuestos o reales. Y que nunca ha sido un relato para niños, sino para adultos. Más aún si, desde el mundo de la psicología, suele afirmarse que el texto esconde o modera algunas pulsiones de sus personajes… como lo erótico.

Los registros señalan que la crueldad de la Caperucita de Charles Perrault (1697) buscaba alertar a las niñas respecto de encuentros con desconocidos.

A su vez, la versión más conocida de los Hermanos Grimm (1812), se basó en Perrault, en un relato con una niña muy bien educada y en una tragedia que narra la vida y muerte de Caperucita.

En pleno bosque

El argentino Javier Dualte, con la tradicional e inocente niña como referencia, escribió “Caperucita, un espectáculo feroz”, título que perdió el nombre propio en la versión de Alejandro Goic (“El coordinador”, “Criminal”).

Un ambiente escenográfico muy llamativo, un bosque con más de una treintena de pinos blancos –referencia: los paisajes de Pablo Domínguez (1962-2008)- rodea buena parte del recinto.

Pintura de Pablo Domínguez

Pintura de Pablo Domínguez

Goic opta por tener a todo el elenco en escena desde el comienzo y cuando la acción teatral está en el centro del escenario, los otros integrantes –sentados en sillas, en los costados- intervienen como espectadores activos, a través de mirar intencionadamente.

Eloisa, la abuela, se presenta sufriendo, acostada en una cama de hospital, mientras Silvia-Caperucita, esparciendo su angustia, sobrepasada por las circunstancias, se preocupa de la salud de la anciana.

Entretanto, desde el costado, Silvia está preparándose para defender su estatus de madre (ausente) de la muchacha, erguiéndose como un ser con vida propia y con libertad para ejercer sus opciones, pese a sus evidentes problemas emocionales.

Allí también está Víctor-el Lobo, interpretado con la solvencia de siempre por Alejandro Goic. Un personaje más bien oscuro en su reconcentración, seductor dentro de su frialdad, manipulador en su esencia.

Refleja lo que propone la obra: soslayar frustraciones amorosas mediante un estilo formal y caballeroso, de hombre bien vestido, voz tonante y melosa, cuando quiere y le conviene.

Pulsiones básicas y humanas mueven a estos personajes que intentan en escena construir relaciones al estilo contemporáneo.

En este alterado grupo disfuncional, lo erótico y otras conductas -aunque hay explosiones-, a propósito se enmascaran, para subrayar su fuerza y necesidad de salida y escape.

Leopoldo Pulgar

Leopoldo Pulgar

Lo mismo sucede con las relaciones de poder que entran en juego, desde todos los bordes, no sólo desde el territorio del más fuerte.

Esta acompasada latencia se transforma en lo más atractivo de la obra y del manejo que hace la dirección de Goic. Clave es la actividad de Trejo, ya que compromete mente y cuerpo para acceder a las complejidades de la propuesta.

Leopoldo Pulgar
Periodista

Sala GAM. Carpa Zócalo. Alameda 227. Jueves, viernes y sábado a las 21:00 horas; domingo a las 20:00 horas. $ 5.000 y $ 3.000. Hasta el 6 de Diciembre.