El texto del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) concluido entre 12 países en octubre para crear la mayor zona de libre comercio del mundo fue divulgado este jueves.

Revisa el texto completo (en inglés) aquí.

El ministerio de Relaciones Exteriores y Comercio de Nueva Zelanda publicó el documento en su página web, precisando que “continuará experimentando revisiones jurídicas”.

El TPP reúne a Estados Unidos, México, Chile, Perú, Australia, Brunéi, Canadá, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam. Estos doce países representan el 40% de la economía mundial, pero no incluye a China, que permaneció al margen de las negociaciones.

El acuerdo, alcanzado después de cinco años de negociaciones arduas, todavía debe ser firmado y ratificado por los doce países y esto podría complicarse en algunos casos, empezando por el de Estados Unidos, donde deberá superar el escepticismo del Congreso.

Numerosas ONG cuestionaron el secretismo que rodeó las negociaciones y otras voces se alzaron para criticar un pacto que debe ser aprobado como un todo, sin posibilidad de modificar cláusulas.

El ministro de Comercio e Inversiones de Australia, Andrew Robb, aprobó la divulgación del documento, asegurando que todos los firmantes, al finalizar las negociaciones, habían convenido publicarlo lo antes posible.

“La divulgación honra el compromiso y ofrece a los australianos la oportunidad de examinar el texto y de entender más cabalmente las áreas que son de su interés”, indicó Robb en un comunicado publicado en internet.

Analistas y críticos se absorberán ahora en la lectura de los 30 capítulos del acuerdo.

“Ya no habrá más espacio para las medias verdades, las conjeturas o las filtraciones interesadas sobre lo que contiene -o no contiene- el acuerdo”, afirmó Deborah Elms, directora ejecutiva de Asian Trade Center, una consultora con sede en Singapur.

Así y todo, “llevará tiempo y esfuerzos para los individuos y las compañías entender el acuerdo en su totalidad y las implicaciones que tendrá para cada sector o industria”, agregó.

El TPP abarca tópicos que van de la protección de la propiedad intelectual hasta el manejo de disputas con inversores extranjeros para hacerles cumplir los derechos laborales, así como una serie de acuerdos anexos relativos a recortes arancelarios específicos entre los miembros.

El texto será escrutado igualmente por quienes siguen las actuales negociaciones de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.

“Un hito” que puede complicar a los gobiernos

La publicación del acuerdo “marca un hito pero también puede poner a la defensiva a varios gobiernos, afirmaron observadores.

Estados Unidos y Japón, las principales economías del TPP, batallaron durante mucho tiempo para encontrar un terreno de entendimiento en temas cruciales, como el acceso de repuestos automovilísticos a Estados Unidos o la reducción de los aranceles agrícolas por parte de Tokio, que enfrentaba una férrea resistencia de sus agricultores a las negociaciones.

En Canadá, los pequeños productores lácteos bloquearon el Parlamento en Ottawa para expresar su oposición a la apertura del sector.

Chile, México y Perú -los tres países latinoamericanos firmantes del TPP- habían celebrado el fin exitoso de las negociaciones.

El TPP “nos inserta de una manera más plena en una zona prioritaria para la estrategia de desarrollo de Chile”, dijo la presidenta chilena Michelle Bachelet, tomando en cuenta que nuestro país registró en 2014 un intercambio comercial con ese bloque de 45.763 millones de dólares.

También México ve el TPP como una “gran oportunidad de acceso y acceso justo a mercados crecientes” y como una “modernización de la plataforma del tratado de libre comercio de América del Norte (TLCAN)”, en el que participan también Estados Unidos y Canadá, según señaló el secretario de Hacienda y Crédito Público de México, Luis Videgaray.

Y el presidente peruano Ollanta Humala consideró que el TPP representa una oportunidad de “insertar en el juego del comercio mundial” a las pequeñas y medianas empresas (pymes) del país andino.

Una visión que contrasta con la del premio Nobel de Economía estadounidense Joseph Stiglitz, quien en vísperas del anuncio del acuerdo había acusado a los negociadores peruanos de estar “capitulando ante las demandas de las empresas de los países avanzados”.