La semana pasada renuncié a mi única pega estable. No fue nada personal, literalmente fue algo del estilo “no eres tú, soy yo”. Y es que este nuevo yo, decidió ser independiente.

Podrán decir que estoy loca o que “es muy fácil decirlo cuando tienes todo resuelto”. Pues les diré que no tengo nada resuelto más allá de las ganas. Renuncié porque quiero dedicar todo mi esfuerzo a MI proyecto de crear una Fundación con el sueño de abrir la manera de pensar de adolescentes con vulnerabilidad económica. Lejos, nada resuelto.

Es que estaba yo en el día uno del Programa de Conocimiento y Conexión Inittia, cuando escucho que no hay momento que perder, que pestañar puede significar que alguien más lo invente o dejar pasar las oportunidades. Eso me quedó dando vueltas varios días. Mientras más pasan las jornadas de los talleres Inittia me voy dando cuenta que no hay tiempo que perder, que si no lo hago AHORA puede que no pueda hacerlo nunca.

Y surgen reuniones, oportunidades, abren fondos a los que podría postular. Pero no puedo leer todo lo que quiero leer, ni escribir todo lo que tengo que escribir ni tomar café con quien me puede orientar porque me comprometí a estar de 9am a 6pm en una oficina.

Cada mañana me levantaba y acarreaba todos mis trabajos como freelance y este proyecto al escritorio de una empresa maravillosa pero estaba pensando todo el día en todas las otras cosas que tenía que hacer y en cuánto tiempo estaba “perdiendo” sentada en una pega estable. Había que tomar una decisión entre la estabilidad del sueldo fijo y el vértigo de perseguir las ideas que sólo a mí me importan. Opté por el segundo camino, porque significaba la libertad de hacer lo que yo quiero.

Debo reconocer que no fue fácil decidir. No fue fácil porque hay una voz en el fondo de mi cabeza que me pregunta “¿qué estás haciendo de tu vida?” y “¿de qué vas a vivir ahora?”. Voces que se replican en ciertas personas que les comento mi idea de ser libre y trabajar por lo que me gusta. Es difícil porque si una es quien provee y no tiene ningún ahorro si todo va mal, va terriblemente mal. Pero, ¿saben qué? Si va bien, ¡va a ir estupendamente bien! Y a eso es lo que estoy apuntando.

Entonces, además de inscribirme en Inittia* que ha sido el mejor primer paso que alguien puede dar, porque además revisar los conocimientos básicos para emprender, te ponen en una sala llena de gente soñadora como una. Dejé de ser la loca de la casa y empecé a escuchar lo lindo y posible que es mi proyecto. Mejor aún, hubo un par de personas que lo lograron y que me regalarán tiempo de sus vidas para compartirme conocimientos y ayudarme a hacerlo realidad. Todo financiado con fondos públicos concursables.

Porque para emprender o hacer tu propio negocio, hay montones de herramientas públicas y privadas. Cuando una se mete en este tema te empiezas a encontrar que el Gobierno hace años está invirtiendo montón de recursos en ayudar a la gente a montar, fortalecer o hacer crecer su propio negocio. Se puede ir al Sercotec regional si lo que necesitas es un fondo pequeño y postular a un Capital Semilla y Capital Abeja (especial para mujeres). Si lo que necesitas es un monto mayor, está el Crece. Pero Sercotec también brinda capacitaciones, asesorías para mejorar la gestión y otros recursos.

Para el paso siguiente, están fondos de Corfo que dan montos mucho mayores pero funcionan en base al co-financiamiento, es decir, tienes que costear un cuarto de lo que necesites, aproximadamente. En ambas instituciones, si uno no sabe bien cuál es el programa que mejor se adecúa a las necesidades particulares del emprendimiento o empresa, se puede ir a las oficinas y te asesoran.

Me parece loable lo que el BancoEstado hizo en la banca al crear CreceMujer Emprendedora, cuyo objetivo es brindar asesoría, más que dar un crédito. Porque los ejecutivos están capacitados a derivar a las mujeres a los fondos de Sercotec y Corfo, si en verdad sus necesidades califican para ellos, en vez de forzarlas a tomar un crédito.

En este mundo emprendedor, me he topado además con Crowfunding, Start-Up, Fondos Concursables y otros montones de posibles maneras de financiamiento para las más diversas empresas y productos.

Cuando renuncié sabía que de alguna manera lo haría. En la vida, 90% de las cosas me han resultado de pura perseverante que soy (ya, si…porfiada, que le dicen). Llevo sólo un par de semanas en el mundo emprendedor y sólo veo montones de posibilidades que debo tomar lo antes posible. Y acá estoy, sentada en el escritorio de “mi pequeña oficina” montada en un espacio que le robé al comedor de mi casa, leyendo todas las opciones de financiamiento posibles para ver para cuáles clasifico, escribiendo las primeras líneas de mi proyecto para presentar la próxima vez que surja la oportunidad, más que “contarle a alguien” lo que quiero emprender.

Pero no estoy sola. En la Fundación voy con mi amigo del alma, que no sólo cree en el proyecto, sino que fue el primero en confiar que yo lo podría sacar adelante. Como voy con mi mejor-amiga-hermana-por-la-vida más otra tremenda amiga-colega, en nuestra pequeña empresa de asesorías comunicacionales. Como fui con otra amiga-colega en un proyecto de promoción de la lectura. Pero lo más importante, voy con el apoyo de mi hija y de mi viejo.

Ahora me levanto convencida que este es el inicio de un camino maravilloso, quién sabe si el destino es que hoy creo que debe ser, pero por seguro terminará impactando las vidas de muchas familias, empezando por la mía.

*Inittia hará otra ronda de talleres presenciales entre el 4 y el 15 de enero del 2016, en los cuales se imparten conocimiento sobre temas legales, patentes, financiamiento, comunicación e identidad entre otros. Existen cupos para 30 personas, libres de pago. Postula completando el formulario en www.inittia.com.

Claudia Farah S.
Periodista, escritora amateur, madre polisilábica de una adolescente, crítica de realidades y creyente fanática de que se puede cambiar el mundo. Vivió en Inglaterra después de hacer el Magister en Filosofía, Política y Economía en la Universidad de York. Actualmente, se encuentra en Chile.