Cansados de la guerra y la crisis económica, los ucranianos votan este domingo en unas elecciones locales, una consulta crucial para el presidente prooccidental Petro Poroshenko, y en la que podría consolidarse la oposición prorrusa en varias regiones sensibles.

Los comicios no tendrán lugar en los territorios del este separatista del país, controlado por los rebeldes, donde el conflicto entre tropas ucranianas y combatientes prorrusos ha provocado más de 8.000 muertos en los últimos 18 meses.

Prueba de la fragilidad de la tregua, las autoridades ucranianas decidieron por razones de seguridad no organizar las elecciones en 122 localidades que controlan en la línea del frente.

Los grandes ganadores podrían ser los ex aliados del presidente prorruso Viktor Yanukovich, derrocado en febrero de 2014 tras tres meses de manifestaciones proeuropeas reprimidas a sangre y fuego.

Estos se encuentran en buena posición para lograr un avance importante en las regiones industriales de Jarkiv y Dnipropetrovsk, fronterizas con el este rebelde, así como en la histórica Odesa, a las orillas del mar Negro.

Algo inédito que rodea a este escrutinio es que más de 1.500 observadores internacionales vigilarán el desarrollo de la votación.

El presidente Poroshenko, quien ha perdido fuelle por su gestión del conflicto y cierta laxitud ante la corrupción en su país, dijo el viernes ante los jefes de las diferentes misiones de observación que “aquéllos que quieran desestabilizar la situación en el país no serán apoyados por el pueblo”.

Los combates han cesado prácticamente desde septiembre en el este separatista, pero el proceso de paz continúa en un estado embrionario.

Algunos reprochan al presidente ucraniano no haber cumplido su promesa de terminar con la guerra “tres meses después” de su elección en mayo de 2014. Otros en cambio consideran que ha aceptado concesiones humillantes a los separatistas, apoyados por el Kremlin.

Según un reciente sondeo, el 71% de los ucranianos desaprueba la gestión del presidente Poroshenko, y varios analistas creen que tras los comicios habrá una remodelación ministerial.

El partido del primer ministro Arseni Yatseniuk, miembro clave de la coalición de gobierno junto con el Bloque Poroshenko, tiene menos del 2% de las intenciones de voto, y de hecho ni se presenta a las elecciones locales de este domingo.