Para muchos, las principales metas durante la época universitaria pueden ser lograr las mejores calificaciones, resaltar en alguna selección deportiva o ser simplemente el centro de atención para el sexo opuesto. Sin embargo, en Estados Unidos a un joven estudiante se le ocurrió un negocio que fuera de todo pronóstico resultó ser en todo un éxito.

Jonah Reider es un estudiante de la Universidad de Columbia, y ha logrado gran notoriedad mundial debido al éxito que consiguió con su negocio: un restaurant gourmet. Hasta aquí puede ser una más como muchas de las historias que hemos escuchado de jóvenes emprendedores a quienes les ha ido bien, pero aquí viene lo increíble: lo administra desde la comodidad de su cama. Tal cual.

Le ha ido tan bien a su local de comida, que incluso no quedan reservas disponibles por el resto de este año. Reider, quién estudia sociología y economía, cocina cuatro veces a la semana, y el restaurant está ubicado en la cocina comunitaria de la residencial donde duerme, en Morningside Heights, Nueva York.

TALIS Formation | Twitter

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“Pith”, como es conocido el restaurant, incluye un menú que cambia diariamente, y el precio va desde los 10 hasta los 20 dólares (entre 6.800 y 13.600 pesos chilenos aproximadamente) “Nunca repito una comida, nadie que venga volverá a tener la misma experiencia”, señaló al sitio Fusion el joven emprendedor.

“La comida se ha transformado en un aspecto muy importante de mis experiencias sociales, ya que amo cocinar para las personas, y mis amigos se ponen muy contentos de venir a comer lo que preparó”, agregó Reider.

Benny Luo | Twitter

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Todo comenzó con el simple placer de cocinar para sus amigos hasta que un día el periódico de la universidad “Columbia Spectato” le realizó una nota, y a partir de ese momento la popularidad aumentó rápidamente, lo que le dio la idea de establecerse de manera más formal.

Sin embargo, y a pesar del éxito obtenido, Reider asegura que no ha ganado dinero, ya que de hacerlo estaría violando las reglas de la universidad. Debido a esto, es que lo que ingresa producto de las ventas es invertido en ingredientes y utensilios para seguir cocinando y así ofrecer nuevos platos.

“Me gustaría que algún día un inversionista me ayude a abrir un restaurant que incluya música y una barra de confites, y así poder atender a más personas”, señaló al portal Gothamist. Lo más probable es que si se esfuerza y se lo propone tal como lo hizo con “Pith”, lo logre.