Al menos 370 personas murieron, 243 rebeldes y 127 civiles, desde el comienzo de los bombardeos de la aviación rusa en Siria, el 30 de septiembre pasado, afirmó el martes una ONG siria.

En tres semanas, “370 personas murieron en centenas de ataques rusos, entre ellos 243 combatientes, de los cuales 52 del grupo Estado Islámico, y 127 civiles”, afirmó a la AFP Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Entre los civiles, figuran 36 niños y 34 mujeres.

Rusia, que decidió intervenir en el conflicto sirio para apoyar al gobierno de Bashar al Asad, afirma que los bombardeos apuntan al Estado Islámico y otros grupos “terroristas”, es decir opuestos al poder.

Pero los occidentales acusan a Rusia de concentrar sus ataques contra las posiciones de grupos rebeldes calificadas de “moderadas”.

La aviación rusa ha intervenido desde el inicio de las operaciones en varias provincias sirias, entre ellas la de Raqa, bastión del Estado Islámico.

Pero sobre todo concentra sus ataques en las zonas en las que el ejército sirio desarrolla una ofensiva terrestre, en las cuales no hay presencia del EI.