La Semana de la Moda de Tokio cerró este fin de semana con un homenaje al clásico kimono, que vuelve a los armarios japoneses, modernizado, eso sí, con detalles sexis.

Los creadores dejaron de lado la seda espesa tradicionalmente utilizada para esta prenda y recurrieron a la lana o incluso al algodón vaquero.

“El kimono está de moda”, afirma a la AFP el modisto japonés Jotaro Saito. “Se puede llevar todos los días, como una prenda moderna”.

El término kimono, que significa “algo que ponerse”, designó durante siglos toda una serie de prendas para hombres y mujeres en Japón. Hoy, hace referencia a una larga túnica cerrada por un cinturón ancho llamado “obi”.

El declive del kimono empezó a finales del siglo XIX, cuando Japón se abrió al exterior e inició un proceso de occidentalización de la indumentaria.

Actualmente, su precio es prohibitivo -puede costar hasta miles de dólares-, y está reservado para las grandes ocasiones. Las novias tienden a alquilarlo para sus bodas.

Para llevarlo, es además necesario manejar el arte de hacer nudos complejos, que permiten ajustarlo correctamente al cuerpo.

Pero las autoridades, empeñadas en preservar la tradición, no se dan por vencidas. Entre otras iniciativas, crearon el “pasaporte kimono” en Kioto, que ofrece a quienes lo llevan descuentos en tiendas y restaurantes.

Toshifumi Kitamura | AFP

Toshifumi Kitamura | AFP

Estampados de leopardo

Y ahora, la industria de la moda acaba de entrar en acción.

“Hay que hacer evolucionar el kimono”, afirma Jotar Saito, nacido en el seno de una familia que teñía kimonos en Kioto.

“Debemos responder a la calle, modificar los patrones tradicionales y hacer algo que convenga a la vida de las mujeres de hoy, sin que el kimono pierda su alma”, explica.

El kimono de Saito está hecho a mano, del tinte a la costura, y puede costar hasta 8.300 dólares.

Sus tejidos -vaquero, poliéster, seda lujosa-, llevan estampados originales y las prendas tienen toques modernos como capuchas forradas.

La estrella de rock y creador Yoshiki colaboró con una casa de Kioto para presentar su colección en su debut el sábado en la Semana de la Moda.

Acortados a lo minifalda, con cuellos de cuero, sus kimonos con estampados de leopardo están ceñidos al cuerpo y se llevan con tacones de aguja.

Yoshiki, cofundador del grupo X Japan, explica a la AFP que quiere que las mujeres puedan llevar sus creaciones en conciertos.

“He tratado de mezclar rock’n"roll y tradición”, dice. “También tenemos una colección tradicional, pero hoy he puesto el acento en la versión sexy”.

Ponerse un kimono no es simple y muchas mujeres tienen que seguir cursos o mirar formaciones en YouTube.

“Es ridículo, simplifiquemos las cosas”, aboga Souta Yamaguchi, director de moda independiente que asocia el kimono al ‘street wear’. “Creemos un kimono que se lleve con un cinturón, sin hilos ni nudos”.

Los puristas reaccionaron mal en un principio. Pero “los tradicionalistas se dan cuenta ahora que estas versiones modernas pueden hacer de puente para atraer a una clientela joven”, dice Manami Okazaki, autora de la obra “Kimono Now”.

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