Las tropas gubernamentales sirias abrieron este viernes un nuevo frente contra los combatientes rebeldes al sur de Alepo, la segunda ciudad del país, con el apoyo de la aviación rusa y de sus milicias aliadas.

Ilustrando su implicación masiva en este conflicto, Moscú, aliado de Damasco, anunció que su aviación ha efectuado más de 600 salidas y golpeado más de 380 objetivos del grupo yihadista Estado Islámico desde el inicio de su operación el 30 de septiembre.

Rusia dice estar bombardeando a grupos “terroristas” como el grupo EI. Pero del otro lado, estadounidenses, europeos y turcos, que piden la renuncia del presidente Bashar al Asad, acusan a Moscú de estar atacando sobre todo a rebeldes “moderados” para ayudar al régimen de Damasco.

Por primera vez desde que Rusia entró en esta guerra, en la que han muerto ya más de 250.000 personas, el ejército turco anunció que sus cazas abatieron este viernes un dron que había violado su espacio aéreo cerca de la frontera siria.

Washington aseguró que el aparato era ruso, una información desmentida por Moscú, que afirmó que todos sus aviones en Siria habían vuelto a sus bases y que los drones funcionaban “con normalidad”.

El régimen contraataca

En el terreno, el régimen del presidente Al Asad lanzó una ofensiva al sur de Alepo, antaño la capital económica del país, para recuperar el control de una importante carretera que conecta varias de las ciudades más importantes de Siria.

Una fuente militar indicó a la AFP que cerca de 3.000 combatientes prorrégimen están en esa batalla, incluyendo a cientos de iraníes y de milicianos chiitas libaneses de Hezbolá e iraquíes.

En las últimas 24 horas hubo “decenas” de bombardeos rusos en la zona, controlada por un mosaico de grupos rebeldes, entre ellos el Frente al Nosra, filial siria de Al Qaida, y otras organizaciones islamistas, detalló el presidente de la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman.

“Una fuerza militar masiva, apoyada por vehículos blindados, avanzó en el sur de la provincia de Alepo con cobertura aérea rusa”, añadió la fuente militar.

“Hemos tomado varios pueblos en el suroeste de la provincia de Alepo, y el ejército prosigue con su acción”, indicó una fuente de la seguridad sobre el terreno.

Desde julio de 2012, la ciudad de Alepo está dividida entre los sectores del oeste, en manos del régimen, y los sectores del este, bajo control del Frente al Nosra, sus aliados islamistas y otros grupos insurgentes locales.

El ejército del régimen controla también varias zonas situadas al norte de la ciudad, y el Estado Islámico está presente en la parte norte de la provincia.

Más de 250.000 muertos

Desde el 7 de octubre, las fuerzas del régimen han lanzado varios ataques en las provincias centrales de Homs y Hama, y este viernes en la de Alepo para apoderarse de más sectores de esta carretera de 360 km, que conecta a todas estas ciudades con la capital Damasco.

El tramo de carretera entre Damasco y Homs está en manos del régimen, pero la parte de 185 km entre Homs y Alepo cayó en manos de varios grupos islamistas, entre ellos el Frente al Nosra.

Según el OSDH, con sede en Gran Bretaña, la violencia en la provincia de Homs costó la vida el jueves a 43 civiles y 17 rebeldes.

Desde el inicio del conflicto en 2011, murieron ya en Siria más de 250.000 personas, afirmó el viernes el OSDH, que cuenta con una amplia red de informantes en el país.

Entre ellos hay más de 74.000 civiles, de los cuales 12.517 niños y 8.062 mujeres.

El OSDH cuenta también 43.752 muertos entre los rebeldes e igualmente 37.010 entre los combatientes extranjeros, en su gran mayoría yihadistas.

Del lado de las fuerzas prorrégimen, la ONG cuenta 91.678 muertos, de los cuales 52.077 soldados y 971 miembros del Hezbolá chiita libanés.

La intensificación de los bombardeos en Siria, con la intervención de Rusia, ha complicado aún más la llegada de la ayuda humanitaria para los millones de personas que la necesitan, declaró este viernes el responsable de las operaciones humanitarias de la ONU.