Las inundaciones sin precedentes que desde el jueves sufre el estado norteamericano de Carolina del Sur han dejado once muertos y decenas de miles de personas sin electricidad o agua potable, informó el martes la prensa.

Al menos cuatro personas murieron en accidentes de carretera relacionados con estas inundaciones, mientras otras siete perecieron ahogadas, indica el Charleston Post and Courier.

Numerosos residentes han tenido que buscar albergue en refugios mientras las autoridades realizan evacuaciones por aire ante el cierre de cientos de carreteras por las aguas.

Previamente, la gobernadora de Carolina del Sur (sureste de EEUU), Nikki Haley, había dado otro balance en rueda de prensa en Columbia, la capital del estado que ha sufrido especialmente las torrenciales y persistentes lluvias. “Nueve personas murieron a causa del mal tiempo”, dijo.

Unas 26.000 personas carecen de electricidad y 40.000 de agua potable en el estado, dijo Haley, quien el domingo afirmó: “No hemos visto este nivel de lluvias en las tierras bajas en 1.000 años”.

“La preocupación principal es el agua potable”, dijo. Por ello, una decena de centros de distribución están siendo habilitados ante el cierre de muchas tiendas.

El ayuntamiento de Columbia aconsejó a sus habitantes que hirvieran el agua del grifo antes de beberla, ya que podía no ser apta para el consumo, y por la la tarde se abrieron cuatro puntos de distribución de agua en la ciudad durante una hora y media, que cerraron antes del toque de queda impuesto por segundo día consecutivo a los habitantes y los comercios.

Las escuelas, las oficinas gubernamentales y las tiendas mantuvieron sus puertas cerradas el lunes.

Una masa de aire tropical cargada de humedad es el origen de estas lluvias que desde el jueves han descargado sobre el estado hasta 350 mm de agua.

El alcalde, Steve Benjamin, explicó que varios diques con agua de los cauces de los ríos y lagos situados en la ciudad habían cedido desde el viernes bajo la presión de precipitaciones récord.

“Al menos otros dos diques podrían estar amenazados, hemos puesto en marcha evacuaciones voluntarias” de los habitantes de las zonas afectadas, declaró a la CNN. “La lluvia se ha detenido pero las inundaciones no han cesado todavía”, añadió.

La Guardia Nacional colocó por la tarde grandes sacos de arena para reforzar las grietas de los diques, mientras las inundaciones obligaron a muchas personas a abandonar sus casas a toda carrera y buscar refugio.

“Nuestra casa, nuestro automóvil, lo perdimos todo”, dijo Patricia Harde, de 48 años, refugiada con sus dos hijas adultas y sus cuatro pequeños nietos, entre ellos un bebé de cuatro meses, en una escuela transformada el domingo en albergue de emergencia por la Cruz Roja.

“El agua me llegaba a la cintura”, indicó. “Volví para tratar de agarrar cosas para el bebé, como leche y pañales, pero estaba todo bajo agua”, afirmó. Como el agua seguía subiendo cuando llegaron a un primer refugio, tuvieron que seguir hasta otro.

La Cruz Roja abrió unos 30 refugios en Carolina del Sur, pero hasta las personas que pudieron quedarse en sus casas se mostraban perturbadas.

“Ha sido traumático, nunca había visto algo como esto”, expresó Phyllis Jones, una residente de Columbia de 50 años. La señora se quedó en su apartamento, que se encontraba sin electricidad, por “temor a los saqueos”.

Todo está perdido

Equipos de rescatistas trabajaban sin descanso, señaló la gobernadora Haley, quien agregó que ya se han realizado más de 25 evacuaciones en helicóptero.

En todo el estado se mantenían clausuradas unas 550 carreteras y puentes, algunos completamente destruidos por las aguas y en la ciudad histórica de Charleston, de 130.000 habitantes, más de 900 personas se encontraban en 25 centros de emergencia este lunes.

Haley dijo que conversó con el presidente Barack Obama, quien declaró el estado de emergencia en el estado, para enviar ayuda federal a las zonas inundadas.

Eva Gadsen, de 72 años, escuchó el domingo a alguien a través de la puerta de su casa que le decía que tenía que marcharse. “Cuando abrí la puerta, el agua me llegaba a la cintura”, dijo.

“Cuando llegamos a la esquina, vimos el refrigerador que salía del apartamento, flotando en el agua. (…) Gracias a Dios estoy viva y tengo dónde quedarme. Personas que han vuelto al edificio dicen que todo está perdido”, agregó.

El ayuntamiento de Columbia anunció que sus servicios se mantendrían cerrados el martes, a excepción de los servicios de emergencia.