Lamentablemente, aún muchos adolescentes y preadolescentes son víctimas de bullying o acoso escolar en sus recintos educacionales. Y es que muchas veces son los mismos adultos los que no toman conciencia del problema y le bajan el perfil a los conflictos entre escolares, aduciendo a que se trata sólo de “cosas de niños”.

Pero afortunadamente, cada día son más los jóvenes que alzan la voz para detener esta situación e incluso se unen a través de redes sociales, para mostrarse unos a otros que no están solos.

Uno de los casos recientes más mediáticos, fue el de Hannah Combs, una chica de 15 años que el pasado 14 de septiembre vivió un verdadero calvario cuando uno de sus compañeros llevó sus burlas demasiado lejos.

Según cuenta la revista Seventeen, la adolescente estaba en clases cuando un chico silenciosamente se puso tras ella y derramó una botella de pegamento en su cabeza, lo que le ocasionó quemaduras en su pelo y cuero cabelludo.

“Sentí como si mi cabeza estuviera en llamas. Fue horrible”, dijo la chica al diario local Killeen Daily Herald, de Texas (Estados Unidos), zona donde ocurrieron los hechos.

Hannah, que estudia en la Harker Heights High School en la localidad de Killeen, inmediatamente fue a la enfermería de la escuela tras lo sucedido. Allí, el subdirector del recinto le preguntó sobre el incidente, pero ella apenas podía hablar por el intenso dolor.

Cuando el padre de la joven -el soldado retirado Christian Grimmer- llegó al establecimiento, se enfureció al saber que el chico responsable del ataque no había sido castigado ni reportado a las autoridades escolares del distrito, por lo que amenazó con llamar al 911. Ante las presiones, finalmente los responsables del recinto estudiantil accedieron a dar cuenta de lo sucedido al organismo correspondiente.

Tras salir del colegio, el padre llevó a su hija a un médico, quien le diagnosticó quemaduras de primer grado en su cuero cabelludo. Además, debió afeitar parte de su cabeza debido al daño causado en su pelo.

“Me di cuenta de que perdí lo que más me gustaba de mi. Me encantaba mi cabello”, señaló la joven. “Era lo único que me gustaba de mi en realidad y lo perdí sin razón alguna”, sentenció.

Aunque todavía le dolían las heridas, decidió regresar a la escuela al día siguiente. Sin embargo, no soportó la presión de saber que se encontraría con el compañero que la atacó, así que decidió irse a casa en el segundo bloque de clases. Más tarde, se enteró de que el chico fue suspendido unos días, pero luego volvió a encontrarse con él en el recinto.

Los padres de Hannah han hecho varias peticiones a las autoridades escolares para que el agresor sea transferido a otra escuela, pero no han obtenido respuesta.

“Se podría pensar que la prioridad del superintendente (escolar, del sector) sería la seguridad escolar, pero no es su preocupación en absoluto, ya que no devuelve las llamadas”, dijo el padre de Hannah, quien luego recibió un comunicado de los encargados del establecimiento, quienes aseguraron que sí están preocupados y que tomaron las medidas que correspondían.

Pese a que Hannah no recibió mayor apoyo de las autoridades escolares, sí lo tuvo en internet, donde muchos chicos la acogieron con los brazos abiertos al empatizar con su caso.

Molesta con el mal manejo de la escuela ante la situación, Jessica Grimmer, madre de la chica, decidió contar su historia en Facebook, además de crear una página llamada “Justicia para Hannah”.

La respuesta fue abrumadora. Más de 90 mil personas compartieron la publicación, 12 mil le pusieron “Me Gusta” y la página ya reúne casi 10 mil seguidores.

La situación de Hannah incluso conmovió a un peluquero local, quien se ofreció a cortarle y arreglarle gratis el cabello, dándole un hermoso look asimétrico.

“Me dan ganas de ayudar a otras personas. Es increíble la cantidad de gente que me está apoyando”, comentó la chica al diario local, esperando que ningún otro niño o adolescente pase por lo mismo.

Hannah Combs

Hannah Combs

Hannah Combs

Hannah Combs

Hannah Combs

Hannah Combs