En Argentina, donde las terapias de psicoanálisis son bastante populares, investigadores descubrieron tres cartas del puño y letra del padre de esta disciplina, Sigmund Freud. Serán exhibidas desde este viernes en dicho país.

Las tres cartas, que datan de 1911, 1916 y 1917, fueron descubiertas a principios de este año, pero confirmar su autenticidad tomó varios meses. Finalmente, serán expuestas en la muestra “Construcciones del psicoanálisis en Argentina”, que organiza la Universidad de Rosario (300 km al norte de Buenos Aires).

El hallazgo sucedió cuando los investigadores, Angel Garma, realizaban un trabajo de digitalización de archivos personales de uno de los pioneros del psicoanálisis en Argentina.

“Estábamos haciendo el trabajo rápido porque teníamos 3.000 documentos y había que devolverlos, cuando le digo a mi compañera: esta está firmada por Freud, con dirección Berggassen 19, supongo que es en alemán, y es una original”, relató Guillermo Ferragutti, quien trabaja en el Centro de Documentación de la Unidad de Investigaciones Socio-históricas Regionales de Rosario.

Todavía sorprendido por el alcance del descubrimiento, Ferragutti recordó el momento en que vieron esa firma tan célebre: “Todos levantamos la cabeza y nos dimos cuenta de que estábamos en otra escala de descubrimiento”.

“Casi no nos dimos cuenta al principio y recién ahora vemos el real impacto de lo que encontramos”, agregó.

Si bien se supo públicamente de la existencia de las cartas esta semana, llevó varios meses constatar la veracidad de su origen así como descifrar su contenido, escrito en una vieja grafía alemana llamada Sütterlin.

Ferragutti explicó que el Sütterlin era una caligrafía de diseño que se utilizaba en el entonces Imperio Austro-Húngaro a principios del siglo XVIII.

“Se adoptó como letra oficial para las comunicaciones públicas y la burocracia estatal, así como en las escuelas estatales primarias, donde era obligatorio”, agregó el investigador a la AFP.

Se popularizó hacia 1910, pero luego se prohibió por el régimen nazi poco antes de la Segunda Guerra Mundial.

El periplo para lograr descifrar lo que decían las tres cartas de Freud fue largo: desde Rosario viajaron hasta Viena, donde se tradujeron y se confirmó que eran originales.

Ferragutti también confirmó que, si bien fueron encontradas en el archivo de Garma, las cartas no estaban dirigidas a él.

“Todavía no sabemos por qué las tenía Garma, una de nuestras hipótesis es que las recibió como regalo de parte de Theodore Reik, quien fue analista de Garma, y había sido discípulo de Freud”, explicó.

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Otra de las hipótesis que analizan es la posibilidad que hayan llegado a manos de Garma por parte de Marie Bonaparte, a quien Garma conocía y quien fue la encargada de compilar la correspondencia de Freud.

La tercera opción, es que Garma las haya obtenido a través de algún círculo de coleccionistas.

En Buenos Aires es difícil encontrar entre los habitantes de clase de media a alguien que no haya visitado a algún psicoanalista, muchos de ellos con notables récords de años de tratamiento.

En Argentina hay más de 50.000 psicólogos de distintas corrientes, lo que equivale a un promedio de un profesional cada 690 habitantes, tres veces más que en Estados Unidos, según la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). Pero en Buenos Aires la cifra es aún más contundente: hay uno cada 120 porteños.