La española Carmen Balcells, la agente literaria de los principales escritores del ‘boom’ latinoamericano y de numerosos premios Nobel y Cervantes, falleció en Barcelona a los 85 años consagrada como una de las figuras más importantes de las letras iberoamericanas.

El deceso se produjo el domingo, según informó a la AFP una portavoz de su agencia literaria homónima sin dar más detalles. “La familia quería privacidad. El martes se emitirá un comunicado”, añadió.

La cartera de autores de su agencia es un compendio de la historia reciente de la literatura de España y Latinoamérica: desde Luis Goytisolo, el primero en confiar en ella, hasta Javier Cercas, pasando por Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, Pablo Neruda o Camilo José Cela.

“Mi carrera fue privilegiada porque me permitió conocer tres generaciones de escritores, sus inicios, su consolidación, en algunos casos su triunfo y en otros su olvido”, decía ella misma en 2005, al recibir el doctorado honoris causa de la Universidad Autónoma de Barcelona.

En total representó a más de 200 autores, entre ellos numerosos premios Cervantes y seis premios Nobel: Vargas Llosa, García Márquez, Neruda, Cela, el español Vicente Aleixandre y el guatemalteco Miguel Ángel Asturias.

Muchos de ellos la recordaban este lunes con afecto.

“Fue mucho más que una agente (…) Nos cuidó, nos mimó, nos riñó, nos jaló las orejas y nos llenó de comprensión y de cariño en todo lo que hacíamos, no sólo en aquello que escribíamos”, escribió en el diario El País el peruano Vargas Llosa.

“Durante 34 años la llamé madraza. Era magnífica, exuberante, sentimental y generosa”, dijo la chilena Isabel Allende. “Le debo mi carrera, fue la madrina de cada palabra que he escrito”, añadió.

Incierto futuro para la agencia

Nacida en una pequeña aldea rural de Cataluña, Santa Fe de Segarra, esta mujer sin estudios universitarios entró en el mundo editorial trabajando en la agencia del escritor rumano Vintila Horia hasta que en 1960 decidió abrir su propia agencia y revolucionar el mundo editorial en español.

Trabajando siempre en la sombra, desde su espacioso despacho en la zona noble de Barcelona, Balcells fue tejiendo un poderoso imperio: profesionalizó el mundo editorial en español y defendió ferozmente los intereses de los autores ante los editores.

Su dura actitud negociadora contrastaba con su cara dulce y redonda y su hablar reposado. García Márquez la llamaba la “Mamá Grande”, en referencia al personaje de su cuento “Los funerales de la Mamá Grande” con el que Balcells descubrió al autor colombiano en los años 1960.

“No puedo imaginar mi vida sin García Márquez”, dijo ella en 2012. Detrás del colombiano vinieron los otros grandes nombres del ‘boom’, aunque ella renegara de ese nombre: Vargas Llosa, Neruda, Cortázar, el uruguayo Juan Carlos Onetti, el mexicano Carlos Fuentes o los chilenos José Donoso y Allende.

También tenía en su cartera a grandes de la literatura española de la segunda mitad del siglo XX como Juan Marsé, Manuel Vázquez Montalbán, Eduardo Mendoza, Juan Goytisolo o Miguel Delibes.

“Ha desaparecido una figura esencial para la literatura contemporánea en español”, dijo en un comunicado Iñigo Méndez de Vigo, ministro de Cultura español. En 2010, este ministerio le concedió la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes.

Su fallecimiento deja en el aire el futuro de la agencia literaria Carmen Balcells. En los últimos años, la agente, muy debilitada físicamente, había tomado medidas para garantizar su continuidad tras su fallecimiento.

En 2014, anunció un acuerdo de fusión con el estadounidense Andrew Wylie, principal agente del mundo anglosajón, para crear una superagencia de representación internacional.

Sin embargo, el proceso de fusión está paralizado y unas semanas atrás Wylie anunció su intención de abrir una delegación de su agencia en España, sembrando todavía más dudas sobre el futuro de la empresa de Balcells.