Son miles las licencias médicas que se tramitan al año en la región del Bío Bío en un sistema que si bien va a la baja en la cantidad de subsidios, sigue la guardia frente a los abusadores.

Todo comienza con una persona, que enferma, debe justificar ante su empleador su ausencia para mejorarse. Así, el enfermo acude a un médico que emite la licencia, que a veces está incompleta, y que después se entrega al empleador, quien no siempre la extiende en los plazos.

“La Compin es el último eslabón de una larga cadena”, destacan en la Comisión Médica Preventiva e Invalidez, donde aseguran que gracias a la adquisición de tecnología y un equipo de 14 médicos contralores, logran visar los subsidios al día.

Los registros de Compin de Concepción indican que el 2013 se tramitaban 304 mil licencias; en el 2014, 250 mil y este año, a agosto se advierten 127 mil, con un rechazo que bajó del 19% el 2013 a 11% en la actualidad.

La presidente de la Compin penquista, Alejandra Espinoza, explicó que existen diversas alternativas de fiscalización para detectar abusos.

Espinoza explicó que cada vez que se registran situaciones sospechosas, se entregan los antecedentes al Departamento Jurídico.

Y si bien se vivió un peak en esta materia, los casos siguen apareciendo de vez en cuando.

Consultados en Fonasa, entidad que transfiere los recursos, preocupa sobremanera el tema de los fraudes.

Los datos de tramitación de licencias de la Zonal Centro Sur del Fondo Nacional de Salud que presenta un territorio mayor al de la Compin de Concepción, también muestra una tendencia a la baja.

El 2010 se registran 378 mil; el 2011, 452 mil y desde este año, que representa también recordará usted el peak de la investigación contra las “empresas de papel”, instauradas para defraudar al Fisco, comienza un descenso notable: 431 mil el 2012; 372 mil el 2013 y el año 2014, 326 mil. Este 2015 a junio había 150 mil.

Sin embargo, la propia directora Zonal de Fonasa, Marta Werner, apunta a la necesidad de regular los abusos también a menor escala, donde hay responsabilidades particulares, de supuestos pacientes y también de médicos.

Son diversas las alternativas que se están desplegando para evitar estas situaciones, nos cuenta Marta Werner. Desde julio del 2013 opera una aplicación en la Compin para detectar a los médicos que más licencias emiten, a fin de anticiparse a potenciales fraudes.

A esto se suma la licencia médica electrónica que pronto se debería poner en funcionamiento en la zona y la digitalización de los documentos. También se destaca, para mejorar la comunicación con la gente, la disponibilidad en la página web de Fonasa de hacer seguimiento del proceso de la licencia.

Consultada la directora de Fonasa sobre el acompañamiento que realizan a las presentaciones judiciales, ésta fue su respuesta.

Aunque en todo caso, como señal, la presencia de Fonasa sería siempre un aporte. Sin embargo, en los fraudes hay responsables. Desde los delincuentes que instauraban “empresas ficticias”, pasando por los médicos anti éticos que emiten licencias falsas, hasta los también sinvergüenzas que las reciben, en una secuencia que afecta gravemente el sistema, y que, lamentablemente, al final del día, daña a quienes realmente necesitan de estos recursos.