Durante esta sábado, ciento de personas llegaron con globos y pañuelos blancos a la misa fúnebre que se realizó en la parroquia Nuestra Señora del Tránsito de Molina, para dar el último adiós al pequeño Ángel Márquez, de 4 años, que fue asesinado y posteriormente abandonado en un sitio eriazo.

Visiblemente afectado, Freddy Márquez, padre del menor junto a familiares fueron los encargados de cargar el ataúd del pequeño.

Al terminar el responso, los restos de Ángel Márquez fueron llevados en una carroza fúnebre hasta el cementerio número 2 de Rancagua.

La decisión de enterrarlo en Rancagua fue tomada por el padre del menor, debido a que en esa ciudad vive Sandra Zapata, la madre biológica.

Desde que ingresó el cortejo al cementerio de Rancagua, un grupo de mujeres increpó al padre del menor por la muerte del pequeño.

Felipe Fredes | Agencia UNO

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