Rodolfo Fischer conduce un concierto de excepcional calidad

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El director chileno Rodolfo Fischer condujo el reciente fin de semana, un concierto de excepcional calidad, al frente de la Orquesta Sinfónica de Chile (OSCH), el cual contó en su segunda parte, con la presencia de los jóvenes músicos de la Orquesta Sinfónica Estudiantil Metropolitana (OSEM), que dirige Felipe Hidalgo. La velada, en el Teatro CEAC de Plaza Italia, se dividió en dos partes y llevó por nombre “150° Aniversario de Glazunov”.

Fischer está considerado como uno de los más destacados directores chilenos. Actualmente reside en Basilea, Suiza donde enseña Dirección Orquestal en la Musicakademie. Licenciado con honores en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, a partir de 1998 fue designado Director Residente del Teatro Municipal de Santiago, cargo que ejerció junto al titular de la Filarmónica de Santiago, el maestro húngaro-alemán Gabor Otvos, hasta el año 2002.

El año 2006 debutó en el Teatro Colón de Buenos Aires, a cargo de Cosi fan Tutte y en la Opera Nacional Danesa, a cargo de Las Bodas de Fígaro, ganándose un destacado sitial como director mozartiano. A partir de ese momento, ha tenido una importante labor en Latinoamérica dirigiendo las principales agrupaciones del continente como la Orquesta Sinfónica Estatal de Sao Paulo y Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, entre varias otras. Como director invitado en Europa y Oceanía, ha estado al frente de importantes orquestas internacionales como la Filarmónica de Copenhagen (Dinamarca), Dortmunder Filarmoniker (Alemania), Luzerner Sinfonieorchester (Suiza) y Auckland Philarmonia (Nueva Zelandia), por nombras algunas.

El programa en esta ocasión, se inició con la interpretación de la música del Ballet Las Estaciones, opus 67, del destacado compositor ruso Alexandr Glazunov, cuando se conmemoran 150 años de su nacimiento. La Sinfónica tuvo una interpretación brillante con todos sus integrantes, en especial maderas y cuerdas. Fischer, con gran maestría, dirigió en forma perfecta, con gran estilo y mucha coordinación con sus dirigidos, para esta obra, que acorge la larga tradición de aspirar a expresar artisticamente las impresiones del ser humano ante su entorno natural. En este caso, la particularidad de Glazunov recae en que las “Estaciones”, según sus críticos “no sólo recrean aspectos naturales, sino también culturales, evocando cuentos infantiles, leyendas, folklore y fantasías implícita en el programa del ballet”.

El compositor perteneció a una generación de artistas rusos que retomó la inspiración nacionalista y el legado de Tchaikovsky. Ellos plantearon reflexionar hasta qué punto la música de su país debía seguir los modelos imperantes en aquel entonces y de qué forma era posible plasmar musicalmente los recursos que ofrecía el folclor ruso
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En la segunda parte de la presentación, músicos de la OSEM – que dirige Felipe Hidalgo- se unieron a la Sinfónica de Chile para dar vida a la Sinfonía Nº 3 en Do menor, op. 78 “Órgano”, del francés Camile Saint-Saëns, con un resultado esplendido: cerca de un centenar de ejecutantes, bajo el alero de Fischer, ofrecieron, con un espíritu de trabajo de gran nivel, un resultado estructurado en una tradicional Sinfonía de cuatro movimientos. Esta obra fue dedicada por el autor, al gran compositor húngaro Franz Liszt, quien falleció a las pocas semanas del estreno.

Al final, en medio de aplausos y agradecimientos, por la excelente interpretación, el maestro Fischer reconoció la excelente labor de preparación de sus pupilos por parte del maestro Hidalgo y refiriéndose a los jovenes músicos de la OSEM alabó su ejecución, expresando que “ellos conocen a cabalidad la Sinfonía, y las posibles falencias técnicas que pudiesen tener todavía en ese nivel de desarrollo lo suplen con una gran compenetración con la obra y un muy buen espíritu dentro del equipo de trabajo. Entonces creo que para el grupo, lo de esta noche se recordará como una experiencia inolvidable”.

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El director chileno Rodolfo Fischer condujo el reciente fin de semana, un concierto de excepcional calidad, al frente de la Orquesta Sinfónica de Chile (OSCH), el cual contó en su segunda parte, con la presencia de los jóvenes músicos de la Orquesta Sinfónica Estudiantil Metropolitana (OSEM), que dirige Felipe Hidalgo. La velada, en el Teatro CEAC de Plaza Italia, se dividió en dos partes y llevó por nombre “150° Aniversario de Glazunov”.

Fischer está considerado como uno de los más destacados directores chilenos. Actualmente reside en Basilea, Suiza donde enseña Dirección Orquestal en la Musicakademie. Licenciado con honores en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, a partir de 1998 fue designado Director Residente del Teatro Municipal de Santiago, cargo que ejerció junto al titular de la Filarmónica de Santiago, el maestro húngaro-alemán Gabor Otvos, hasta el año 2002.

El año 2006 debutó en el Teatro Colón de Buenos Aires, a cargo de Cosi fan Tutte y en la Opera Nacional Danesa, a cargo de Las Bodas de Fígaro, ganándose un destacado sitial como director mozartiano. A partir de ese momento, ha tenido una importante labor en Latinoamérica dirigiendo las principales agrupaciones del continente como la Orquesta Sinfónica Estatal de Sao Paulo y Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, entre varias otras. Como director invitado en Europa y Oceanía, ha estado al frente de importantes orquestas internacionales como la Filarmónica de Copenhagen (Dinamarca), Dortmunder Filarmoniker (Alemania), Luzerner Sinfonieorchester (Suiza) y Auckland Philarmonia (Nueva Zelandia), por nombras algunas.

El programa en esta ocasión, se inició con la interpretación de la música del Ballet Las Estaciones, opus 67, del destacado compositor ruso Alexandr Glazunov, cuando se conmemoran 150 años de su nacimiento. La Sinfónica tuvo una interpretación brillante con todos sus integrantes, en especial maderas y cuerdas. Fischer, con gran maestría, dirigió en forma perfecta, con gran estilo y mucha coordinación con sus dirigidos, para esta obra, que acorge la larga tradición de aspirar a expresar artisticamente las impresiones del ser humano ante su entorno natural. En este caso, la particularidad de Glazunov recae en que las “Estaciones”, según sus críticos “no sólo recrean aspectos naturales, sino también culturales, evocando cuentos infantiles, leyendas, folklore y fantasías implícita en el programa del ballet”.

El compositor perteneció a una generación de artistas rusos que retomó la inspiración nacionalista y el legado de Tchaikovsky. Ellos plantearon reflexionar hasta qué punto la música de su país debía seguir los modelos imperantes en aquel entonces y de qué forma era posible plasmar musicalmente los recursos que ofrecía el folclor ruso
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En la segunda parte de la presentación, músicos de la OSEM – que dirige Felipe Hidalgo- se unieron a la Sinfónica de Chile para dar vida a la Sinfonía Nº 3 en Do menor, op. 78 “Órgano”, del francés Camile Saint-Saëns, con un resultado esplendido: cerca de un centenar de ejecutantes, bajo el alero de Fischer, ofrecieron, con un espíritu de trabajo de gran nivel, un resultado estructurado en una tradicional Sinfonía de cuatro movimientos. Esta obra fue dedicada por el autor, al gran compositor húngaro Franz Liszt, quien falleció a las pocas semanas del estreno.

Al final, en medio de aplausos y agradecimientos, por la excelente interpretación, el maestro Fischer reconoció la excelente labor de preparación de sus pupilos por parte del maestro Hidalgo y refiriéndose a los jovenes músicos de la OSEM alabó su ejecución, expresando que “ellos conocen a cabalidad la Sinfonía, y las posibles falencias técnicas que pudiesen tener todavía en ese nivel de desarrollo lo suplen con una gran compenetración con la obra y un muy buen espíritu dentro del equipo de trabajo. Entonces creo que para el grupo, lo de esta noche se recordará como una experiencia inolvidable”.