Dentro del ambiente laboral, hay situaciones o comportamientos que destacan a los empleados. Pequeños hábitos o comportamientos que hacen la diferencia, los cuales son fundamentales para mantener un excelente clima en el trabajo y estar cómodos con nuestros compañeros.

La mayoría del día estamos insertos en el mundo laboral, conversamos y convivimos con una serie de personas con las que desarrollamos y debatimos ideas. Por lo anterior, se nos hace indispensable formar hábitos adecuados para relacionarnos con los demás.

Lo esencial es interiorizarse continuamente de los objetivos estratégicos que persigue la organización de la que formamos parte y vincularnos con el quehacer diario, asegura Karen Araya, Psicóloga Organizacional, Magíster en Desarrollo y Comportamiento Organizacional y docente de la Universidad del Desarrollo.

En relación con lo anterior es primordial para conocer el desarrollo y cultura organizacional de la empresa, “leer los distintos documentos informativos que emanan de la empresa así como consultar abiertamente en reuniones o instancias de comunicación con jefaturas”, agrega la especialista. Asimismo, es altamente valorada la constante comunicación con los compañeros de trabajo, lo que fomentaría la confianza y una efectiva coordinación entre todos.

Cultura organizacional

Todos deben remar hacia un mismo destino, es la consigna. Anticiparse a los problemas, adoptar iniciativas en beneficio de una oportuna solución, no postergar la realización de tareas y el declarar oportunamente las peticiones de apoyo, son actitudes que debemos adoptar para ayudar conformar un ambiente agradable en el entorno laboral.

Por otro lado, es importante, como se mencionó anteriormente, conocer lo que valora cada empresa de sus empleados.

Tan crucial como el desempeño demostrado en nuestro trabajo y el cumplimiento de metas o indicadores de rendimiento, es la forma en que desarrollamos nuestras actividades para cumplir los objetivos, manifiesta Karen Araya.

“El estándar de comportamiento que se espere de cada trabajador y que va a ser por tanto valorado, estará determinado por la cultura de una organización, esto es, por los valores de la misma. Así, en algunas empresas se valorarán algunos comportamientos sobre otros y será en base a ello, la calificación que se le otorgue a cada trabajador en su rol”.

Debido a lo anterior, es que si bien en ciertas empresas la relevancia al orden y rigurosidad es importante, en otras puede ser la flexibilidad e innovación. Todo depende del contexto laboral, lo que las propias compañías construyan como imagen y lo que esperan del trabajador.

La importancia de las habilidades blandas

También conocidas como competencias, permiten diferenciar a aquellos trabajadores con rendimiento superior de los que tengan uno medio o bajo, “es por ello que importantes empresas han entendido que un desafío para su negocio está asociado a atraer y retener aquellos trabajadores conocidos como talentosos”, acota Karen Araya.

Estas habilidades blandas o competencias diferenciadoras, explica la psicóloga, están definidas por aquellas actitudes y comportamientos que permiten responder a las expectativas de desempeño para alcanzar objetivos estratégicos requeridos; esto es, orientándose al cliente, a la calidad y al logro, trabajando en equipo, comunicándose efectivamente, liderando equipos, entre otras.

Asimismo, es fundamental mantener una motivación en querer destacar y desarrollar habilidades.“Es importante conocer y entender el negocio así como los estándares de desempeño que se proyectan para su cargo incluyendo tanto las metas como los comportamientos que se exigen cumplir dentro de la organización. Así el trabajador habrá de demostrar que es capaz de hacerse cargo del desafío que la empresa le propone desde una actitud activa y propositiva”, argumenta Karen.

Además, debemos mantener buenas relaciones con lo demás; no sentirse superior, ni ningunear;“hay que generar una positiva integración con las personas y los equipos, demostrando ser un aporte a los demás y de potenciarse en el trabajo con otros así como orientarse al aprendizaje y mostrar flexibilidad para adaptarse a las distintas contingencias que pueden aparecer producto del desarrollo del trabajo”.

Adaptación y aprendizaje, son las palabras claves para mantener hábitos laborales que permitan destacar. Por otro lado, hay que desarrollar técnicas de organización para cumplir con nuestras exigencias, como concentrarse en una sola tarea y no en varias dejándolas a medias; no sobrecargarse de trabajo, no es necesario abarcar todo de una vez o estresarse más de lo debido; ser responsable, puntual y cordial con los demás, acciones simples que olvidamos en el cotidianidad de la vida diaria.