El lunes una ballena jorobada perdida en uno de los canales de Puerto Madero, muy cerca del centro de Buenos Aires, sorprendió quienes transitaban por el lugar. Este martes el ejemplar se encontraba en la boca del Río de la Plata bien encaminada a mar abierto.

“En este momento está en la salida del Puerto de Buenos Aires. Desconocemos su estado de salud, pero está en la zona correcta para que se enfile en el canal de acceso al río, salga de la zona restringida”, explicó a la AFP Walter Melo, jefe de prensa de la Prefectura de Buenos Aires (policía fronteriza).

Desde que apareció el lunes este cetáceo los funcionarios de la prefectura han sido guiados por expertos en estos animales de la Fundación Cethus y de la Secretaría de Medio Ambiente de Argentina.

Miguel Iñíguez, director del Cethus, que estuvo a bordo del una pequeña embarcación que acompaña al animal, confirmó que la ballena tiene heridas en la piel y que, lamentablemente, es imposible acercarse para curarla.

“Es muy complicado saber qué problemas de salud tiene una ballena y tal vez las heridas en la piel no sean lo más serio. Lo prioritario es que está en agua dulce y debería estar en agua de mar, que es su hábitat”, dijo Iñíguez a la televisión el martes.

El animal pudo ser visto por cientos de turistas mientras se movilizaba cerca de un grupo de veleros amarrados en una zona céntrica de Puerto Madero, el barrio más joven y destino obligado de visitantes y vecinos de la capital argentina.

JUAN MABROMATA / AFP

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Una jorobada en la ciudad

El experto explicó que este tipo de ballenas, comúnmente conocida como “jorobada”, se encuentra en aguas de la Antártida durante el verano austral (diciembre-marzo) y luego migra hacia las costas de Brasil.

“En esta época debería estar camino a las costas brasileñas”, dijo Iñíguez y explicó que cuando consiga el mar abierto “se dará aviso a las embarcaciones para que estén atentos si la avistan y no se acerquen”.

Diego Taboada, presidente del Instituto de Conservación de Ballenas de Argentina, dijo el lunes a la AFP que se trata de un ejemplar de “Minke, una de las ballenas más pequeñas, las mismas que cazan los japoneses”.

Los observadores reaccionaban con gritos cuando el cuerpo del animal aparecía sobre el agua y dejaba ver su clásico chorro, mientras se desplazaban sobre el muelle siguiendo sus movimientos.

Para Taboada, el ejemplar tiene “un problema vital importante. Desde el momento que ingresó en el Río de La Plata tiene problemas, porque son animales de agua salada”, apuntó.

Es un ejemplar de 8 o 9 metros y su especie no tiene, como la ballena franca, hábitos reproductivos en las costas.

Las autoridades de Prefectura la perdieron de vista el martes temprano pero volvieron a avistarla cuando estaba en la boca del Río de la Plata.

Desde esta zona del puerto de la capital argentina, el animal tendría que recorrer al menos unos 60 kilómetros hasta aproximarse al océano Atlántico, precisó una fuente de Prefectura.

“No hay forma de salvarla. Va a varar en algún momento y va a aparecer muerta”, advirtió Taboada, valiéndose de la experiencia de otros casos que sucedieron en el puerto de Buenos Aires.

JUAN MABROMATA / AFP

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