Un marroquí de 27 años murió asfixiado cuando trataba de entrar de forma clandestina en España metido en una maleta, en un automóvil a bordo de un ferry, informó el lunes la Guardia Civil.

Su hermano mayor, de 34 años, había embarcado legalmente con el vehículo a bordo del ferry que unía Melilla (enclave español en Marruecos) y Almería (sur de España). Al parecer, trataba de hacer pasar a su hermano pequeño a España escondiéndolo en el vehículo, explicó un portavoz de la Guardia Civil.

Durante el viaje, descubrió que la víctima no respiraba y avisó a la tripulación, pero todos los esfuerzos de reanimación fueron inútiles.

El hermano mayor fue detenido e inculpado de homicidio involuntario.

A principios de mayo, un niño ocho años de Costa de Marfil había sido descubierto por la Guardia Civil escondido en otro equipaje en el puesto fronterizo entre Marruecos y Ceuta. El padre, residente en España, intentaba hacerlo llegar clandestinamente porque su sueldo era insuficiente para pedir el permiso de residencia para su hijo.

La imagen de rayos X del niño dentro de la maleta en posición fetal suscitó gran indignación en España y finalmente el pequeño obtuvo un permiso de residencia provisional.

Cada año, miles de emigrantes arriesgan su vida para llegar a Ceuta y Melilla, las únicas fronteras terrestres entre África y la Unión Europea.

Saltar una valla de siete metros de alto, alcanzar la península a bordo de embarcaciones precarias o bajo las ruedas de camiones son opciones habituales pese al gran peligro que representan.

El domingo, cuatro emigrantes subsaharianos se ahogaron tratando de llegar a nado a Ceuta desde la costa marroquí, indicaron las autoridades de Rabat.