Solo le bastaron 34 segundos a la estadounidense Ronda Rousey para derrotar de manera contundente a la brasileña Bethe Correia, y así retener una vez más su título de peso gallo de la UFC, tras el combate del sábado en Brasil.

La pelea prometía intensidad y potencia, ya que en la previa Correia había hablado en varias oportunidades de la familia de Rousey, situación que provocó la molestia de la actual campeona y desencadenó su arrolladora ofensiva.

Con una lluvia de golpes cuando recién amanecía el primer round, Rousey inició un aplastante ataque que de a poco comenzó a destruir a su adversaria, lo que terminó con Correia tendida en la lona, inofensiva, obligando al juez a detener el encuentro.

Tras la victoria, la actual campeona declaró que “espero que nadie hable de mi familia de nuevo”, aunque es prácticamente obvio que a la brasileña no le quedarán más ganas de referirse al tema.

Cabe señalar que tras el enfrentamiento, Rousey mantuvo su invicto de 12-0, y de paso aumentó su registro de nocaut a tres (han durado solo 64 segundos en total), mientras que Bethe Correia quedó con 9-1, perdiendo su récord en casa, consignó Espn.