Carlos Rivera inaugura “Sombras” este miércoles en Galería AFA

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Sin pintura ni lápices de por medio, el artista Carlos Rivera construye imágenes a partir de la suma y resta de papeles adhesivos, que luego ilumina para aparentar imágenes en movimiento. Este miércoles 5 de agosto a las 19:30 en Galería AFA.

Dueño de una particular técnica, la luz ha sido un elemento esencial en la obra de Carlos Rivera que, aproximándose de los efectos de la pintura tradicional, se vale de la superposición de trozos de papel adhesivos para dar con distintos niveles de opacidad y claridad en las figuras que construye, y que luego ilumina. Así, a mayor cantidad de capas consigue tonos más oscuros -y viceversa-, y cuando la luz se enciende, la imagen aparece como una veladura sobre la superficie, mientras que cuando está apagada, se invisibiliza. “Mis pinturas son cajas de luces, ‘cuadros lumínicos’ que tienen dos variables posibles: una que muestra y otra que esconde lo que hay para ver. La primera, se trata de aquello que vemos en la configuración de lo visible, y la segunda, la de lo ‘invisible’, tiene que ver con algo que está ahí pero que la visión es incapaz de percibir”, explica el artista.

Siempre desde el lenguaje de las siluetas, e interesado en la urbe y sus problemáticas –sus personajes convergen en entornos que dejan en evidencia la violencia de la metrópolis-, ahora prepara la muestra “Sombras” -que presentará desde el 5 de agosto en Galería AFA-, donde a través de una serie de obras hará un recorrido por los aspectos esenciales de su trabajo: desde la proyección de diapositivas que muestran imágenes a gran escala –obra que recientemente presentó en Matucana 100, bajo el nombre de Proyecto(R)-, y una serie de 22 pequeños cuadros con siluetas desplazándose por la ciudad, hasta las puntas de cuchillos cartoneros –residuos de su trabajo que ha ido guardando a través de los años- y que iluminados proyectan el peregrinaje de pequeñas figuras en movimiento. “Mi trabajo se relaciona con el teatro de las sombras y el cine. Diría que soy un artesano de la imagen en movimiento. Me interesa volver a la memoria de los primeros mecanismos de proyección y crear un género propio de animación experimental. Es a través de las sombras que quiero dirigir la mirada hacia ciertos sitios de ‘oscuridad’ en el paisaje urbano, en tanto su misterio es un precioso auxilio para representar el miedo en la ciudad”, explica Rivera.

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Sin pintura ni lápices de por medio, el artista Carlos Rivera construye imágenes a partir de la suma y resta de papeles adhesivos, que luego ilumina para aparentar imágenes en movimiento. Este miércoles 5 de agosto a las 19:30 en Galería AFA.

Dueño de una particular técnica, la luz ha sido un elemento esencial en la obra de Carlos Rivera que, aproximándose de los efectos de la pintura tradicional, se vale de la superposición de trozos de papel adhesivos para dar con distintos niveles de opacidad y claridad en las figuras que construye, y que luego ilumina. Así, a mayor cantidad de capas consigue tonos más oscuros -y viceversa-, y cuando la luz se enciende, la imagen aparece como una veladura sobre la superficie, mientras que cuando está apagada, se invisibiliza. “Mis pinturas son cajas de luces, ‘cuadros lumínicos’ que tienen dos variables posibles: una que muestra y otra que esconde lo que hay para ver. La primera, se trata de aquello que vemos en la configuración de lo visible, y la segunda, la de lo ‘invisible’, tiene que ver con algo que está ahí pero que la visión es incapaz de percibir”, explica el artista.

Siempre desde el lenguaje de las siluetas, e interesado en la urbe y sus problemáticas –sus personajes convergen en entornos que dejan en evidencia la violencia de la metrópolis-, ahora prepara la muestra “Sombras” -que presentará desde el 5 de agosto en Galería AFA-, donde a través de una serie de obras hará un recorrido por los aspectos esenciales de su trabajo: desde la proyección de diapositivas que muestran imágenes a gran escala –obra que recientemente presentó en Matucana 100, bajo el nombre de Proyecto(R)-, y una serie de 22 pequeños cuadros con siluetas desplazándose por la ciudad, hasta las puntas de cuchillos cartoneros –residuos de su trabajo que ha ido guardando a través de los años- y que iluminados proyectan el peregrinaje de pequeñas figuras en movimiento. “Mi trabajo se relaciona con el teatro de las sombras y el cine. Diría que soy un artesano de la imagen en movimiento. Me interesa volver a la memoria de los primeros mecanismos de proyección y crear un género propio de animación experimental. Es a través de las sombras que quiero dirigir la mirada hacia ciertos sitios de ‘oscuridad’ en el paisaje urbano, en tanto su misterio es un precioso auxilio para representar el miedo en la ciudad”, explica Rivera.