La Eurozona examinará este martes en una cumbre extraordinaria en Bruselas su respuesta al “no” de los griegos a nuevas medidas de austeridad, a la vez que se espera que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, presente propuestas a los acreedores.

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, trataron el lunes en París de disimular sus diferencias sobre la crisis griega y presentar una posición común frente a Tsipras, reforzado políticamente tras obtener el apoyo de más del 61% de los electores griegos en el referéndum del domingo.

Pero Europa está dividida en dos campos: uno es el de los partidarios de una línea dura con Atenas, – incluso en algunos casos de su salida de la unión monetaria -, e incluye a Alemania, los países del norte y del este de la zona.

Enfrente, Francia lidera una postura más conciliadora, apoyada por los países del sur y por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

“Francia hará todo lo necesario para que Grecia permanezca en la zona euro, pues es su lugar”, dijo el martes el primer ministro francés, Manuel Valls.

“Mi voluntad, mi deseo es evitar un Grexit”, esto es, una salida de Grecia de la zona euro, afirmó también este martes Juncker.

“Canciller de hierro”

Pero en Berlín, el tono es distinto: “Hoy necesitamos una canciller de hierro”, afirmó en portada el martes el diario alemán Bild, el más leído en el país y opositor acérrimo del gobierno griego de izquierda radical.

Merkel estimó el lunes en París que la última propuesta de los acreedores de Grecia (Comisión Europea, BCE, FMI), precisamente la rechazada masivamente en el referéndum, era “generosa”.

Al mismo tiempo, el nuevo ministro griego de Finanzas, Euclide Stakalotos, declaró que los griegos “merecían” una “mejor” oferta y que no quería una solución “no viable” para su país.

Aunque más comedido que su predecesor, Stakalotos se mostró igual de firme que Yanis Varoufakis, cuya inesperada dimisión el lunes había permitido confiar en un diálogo menos crispado con los europeos.

La cumbre extraordinaria de la Eurozona se iniciará a las 18H00 locales (13H00 de Chile).

Estará precedida por una reunión de ministros de Finanzas, los primeros en abordar las posibles consecuencias del “no” griego al plan de los acreedores y la eventual aplicación de un tercer plan de ayuda para Grecia.

Uno de los puntos más sensibles será la posible reestructuración de la deuda griega (180% del PIB), una reivindicación clave de Tsipras, pero también una línea roja de Merkel. Valls dijo este martes que para Francia no es un “tema tabú”.

Los bancos siguen cerrados

Los bancos griegos permanecerán cerrados al menos hasta el miércoles y las medidas de control de capitales se mantendrán. Este estado de emergencia financiera impide una bancarrota inmediata pero agrava la asfixia económica.

El Banco Central Europeo – la única institución que mantiene con vida a la economía griega -, decidió el lunes seguir con el mismo nivel de préstamos a los bancos.

Pero también endureció las condiciones de estos préstamos de urgencia, llamados ELA, aumentando la presión sobre la banca griega.

Las arcas del Estado también se están quedando vacías y el país debe hacer frente en los próximos días a varios reembolsos, algunos de ellos a acreedores privados, pero sobre todo deberá pagar miles de millones de euros al BCE el 20 de julio.

Si Atenas no paga o no se halla un acuerdo, el BCE podría poner fin a su ayuda a los bancos griegos, impulsando al país hacia una salida de la zona euro, un terreno tan desconocido que ni siquiera los tratados europeos lo contemplan.

En este clima de urgencia, Tsipras convocó el lunes por primera vez a los dirigentes de los partidos de la oposición griegos.

En un texto común publicado a la salida de la reunión, a la cual únicamente no participó el partido neonazi Amanecer Dorado, las formaciones abogaron por un acuerdo que cubra las necesidades de financiación de Grecia, acompañado de reformas y esfuerzos presupuestarios “repartidos de forma justa”.

Tsipras conversó el lunes con el presidente del BCE, Mario Draghi, así como con la directora general del FMI, Christine Lagarde, con quien abordó la necesidad de “hallar una solución viable a los problemas reales de la economía griega”, según una fuente del gobierno griego.

“Seguimos la situación de cerca y estamos dispuestos a ayudar a Grecia si nos lo piden”, dijo por su parte Lagarde.

Los mercados financieros europeos abrieron estables.