Alegría, satisfacción y placer son algunas de las emociones que aparecen en los hinchas luego de ver cómo Chile derrotó a Argentina en la final de la Copa América. Estados anímicos normales y esperables después de una victoria tan importante para la historia deportiva del país.

Las emociones que parecen frente a estos eventos deportivos son intensas pero también fugaces. Aparecen alegría, asombro, ansiedad, sorpresa, miedo, dolor, ira, confusión y placer. Estos sentimientos pueden ser positivos o negativos para el cuerpo. Ellos aumentan o disminuyen distintas hormonas que regulan el funcionamiento del organismo, alterando, entre otros, la frecuencia cardíaca, la respiratoria y el tono muscular”, señala la psicóloga Verónica Navarrete, coordinadora académica de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico.

“Con la victoria hay una exacerbación del ánimo. Aparecen emociones intensas que tienen que ver con la alegría, la pasión y el fervor. Estas sensaciones son pasajeras; que Chile haya ganado la Copa América no quiere decir que las personas van a estar uno o dos meses en un estado de placer. Esto último puede pasar en personas que hacen de estas actividades deportivas su sentido de vida. Para ellos esta efervescencia pude durar más”, aclara.

De igual modo, la conquista de la Copa América exacerba el sentimiento patriótico. “Creo que todo el proceso de la Copa América potenció los nacionalismos. Todos se ponen la camiseta del país y vibran con la canción nacional”, indica la especialista.

Las expectativas eran altas. Se quería cambiar la historia criolla, ya que Chile nunca había alzado ningún trofeo en el torneo de fútbol continental. Incluso, solo había disputado tres finales de la Copa América en los años 1955, 1979 y 1987, y justamente en la primera oportunidad, La Roja perdió frente a Argentina.

Agencia UNO

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Aunque las estadísticas históricas auguraban una derrota de Chile, los hinchas soñaban con escribir un capítulo inolvidable al ganarle a Argentina en la final de la Copa América. Así, con esas altas expectativas formadas, la gloria y los sentimientos asociados calan más hondo.

Para cualquier país una victoria es un refuerzo. Es un golpe anímico importante en cuanto a sentirse triunfador y más aún en un país como el nuestro, que el cual en general sólo hay ‘triunfos morales’. Ganar la Copa América es un triunfo real”, plantea la docente de la Universidad del Pacífico.

Si bien existía algo de preocupación respecto de los resultados de las celebraciones propias de este tipo triunfos, Verónica Navarrete indica que es común que después de alguna victoria, los hinchas provoquen desmanes o desórdenes en la ciudad, lo que se explica por las fuertes emociones que aparecen después de un resultado deportivo. “Cuando ganamos también aparecen conductas de agresión, pero en menor grado. La emoción preponderante es la alegría”, reconoce la psicóloga.

Sin duda, las imágenes de La Roja levantando el trofeo serán difíciles de borrar de la memoria del hincha, pero tarde o temprano se volverá a la rutina. “Si bien la victoria impacta, esto se pasa al retomar la vida cotidiana. Volver a las actividades propias de cada uno genera que se presenten otras emociones ligadas a ámbitos laborales, interpersonales y/o familiares, que son más estables y que tienen relación con el sentido personal de cada uno”, acota la experta de la Universidad del Pacífico.