La iglesia Católica descartó este jueves que las manifestaciones convocadas a favor y en contra del gobierno de Rafael Correa en Ecuador puedan alterar la visita que iniciará este domingo el papa Francisco.

“Creemos que la buena voluntad de todos y el deseo de todos, ambas partes (…), es el bien común. por lo tanto, no creemos que vaya a darse la violencia y no creo que esto vaya a perjudicar la visita del santo padre”, dijo a la prensa César Piechestein, portavoz de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE).

El oficialismo y varios grupos de oposición prevén este jueves realizar nuevas manifestaciones en Quito en vísperas de la llegada de Francisco, quien estará en el país hasta el miércoles próximo antes de continuar con su periplo por Bolivia y Paraguay.

El miércoles Correa alertó que el gobierno tiene “claros indicios” de que “golpistas” intentarán tomar la sede presidencial durante la protesta, y reiteró el llamado a sus simpatizantes para que de forma simultánea se concentren en los alrededores del palacio de Carandolet.

En el poder desde 2007, Correa enfrenta desde hace casi un mes frecuentes protestas que exigen su salida del poder en rechazo a sus políticas y su estilo de gobierno, que tildan de prepotente.

Las movilizaciones tuvieron como detonante iniciativas para elevar impuestos a las herencias y a la plusvalía, pero devinieron en una crítica generalizada al gobierno.

El mandatario ha vinculado las manifestaciones con una “conspiración en marcha” para sacarlo del poder.

Hasta el momento los sectores que encabezan las protestas, incluidos indígenas, no han anunciado si suspenderán las movilizaciones con motivo del viaje papal.

La iglesia católica, por su parte, destacó el carácter pacífico de las protestas y formuló un llamado a las partes a que continúen manifestándose sin violencia.

“Creo que todos los llamados que se hacen a estas protestas siempre se hacen en el sentido pacífico, por lo tanto es muy difícil que esto vaya a cambiar en la manera de ser”, confió Piechestein.