Las autoridades japonesas ordenaron este viernes la evacuación de los habitantes de una pequeña isla del sur de Japón tras la espectacular erupción de un volcán local.

Unos 137 vecinos se disponían a abandonar la isla de Kuchinoerabu, en el extremo sur del país, a bordo de barcos fletados por los guardacostas y el ayuntamiento local.

La erupción del monte Shindake no causó ninguna víctima ni daños mayores, según un portavoz policial de la vecina isla de Yakushima.

“No se ha producido ninguna pérdida humana hasta ahora”, confirmó el portavoz del Gobierno, Yoshihide Suga.

“Movilizamos todos los servicios del Gobierno” para garantizar la seguridad de los habitantes, declaró por su parte el primer ministro, Shinzo Abe, a la prensa.

Helicópteros y barcos guardacostas fueron enviados al lugar, precisó, y también se esperaba la llegada de fuerzas de autodefensa.

Imágenes de la televisión japonesa mostraban una enorme columna de humo y cenizas que ascendían desde el cráter hasta 9.000 metros de altura.

La erupción no tuvo ningún impacto en los vuelos de ANA y JAL, las dos principales compañías japonesas.

El volcán entró en erupción por primera vez en 1841 y luego estuvo activo de nuevo de 1931 a 1935 y entre 1966 y 1980, según los archivos gubernamentales.

“La erupción podría continuar cierto tiempo, habida cuenta de la historia del monte (Shindake)”, predijo un vulcanólogo de la universidad de Kioto, Kazuhiro Ishihara, interrogado por televisión.

Japón está situado en el “cinturón de fuego del Pacífico”, una zona de sismos y volcanes.

En septiembre pasado, un volcán del centro del país, el Ontake, entró violentamente en erupción y sorprendió a los montañeros. El balance fue de 57 muertos y seis desaparecidos.