En nuestra cultura no es extraño que una persona rechace pasar por debajo de una escalera, cruzarse con un gato negro o tocar madera para llamar a la buena suerte. Las supersticiones forman parte de la sociedad, mientras que los orígenes de éstas se remontan siglos atrás.

En lo que respecta a Chile, todo comenzó con la evangelización de nuestro país en la conquista española, especialmente marcada por las creencias católicas. A partir de este momento “se desarrollaron una serie de cultos y sistemas de creencias que no siempre encajaban con el modelo religioso impuesto por la autoridad eclesiástica”, explica Memoria Chilena.

Parte del siglo XIX y XX las supersticiones fueron combatidas, ya que se consideraba que “impedían la difusión de un pensamiento científico y racional en los sectores populares”, quienes habrían buscado explicación a ciertas situaciones basándose en actos sobrenaturales y que hoy forman parte del folclor nacional.

En momentos de nuestras vidas deseamos que cosas inexplicables sucedan para atraer la buena suerte, admitiendo que las cosas agradables no siempre pasan y las penosas parecen perseguirnos todos los días.

En esta oportunidad te explicamos el origen de algunas supersticiones a las que quizás has recurrido y otras que has visto con más escepticismo.

1. Tocar madera

Seguramente más de alguna vez has deseado tener madera cerca luego de decir, ver u oír algo malo, para así desviar cuanto antes la mala suerte que podría llegar a acecharte.

Los orígenes de esta superstición no están del todo claro, pero hay quienes lo atribuyen a los celtas quienes pensaban que hacer este acto era una forma de alejar todo lo que no se quería y atraer protección.

Otra de las teorías aceptadas, es que los cristianos atribuyen la seguridad a la madera de la cruz de Jesús, lo que se traduciría en una súplica para pedir cuidado.

2. Trébol de cuatro hojas

Muchas personas miran fijamente el pasto, buscando lo que pocos han podido encontrar: un trébol de cuatro hojas.

Si eres uno de los afortunados que en alguna oportunidad halló uno, entonces considérate una persona de mucha suerte.

La composición biológica normal de un trébol es de tres hojas, sin embargo, por anomalías en su ADN hay alguno que tienen cuatro fololios, los que se dan en plantaciones en las que hay miles de esta especie.

En cuanto a la suerte que te puede atraer, se cree que sus hojas representan la esperanza, amor, suerte y la fe.

Alberto Alvarez-Perea (CC) | Flickr

Alberto Alvarez-Perea (CC) | Flickr

3. Tener una herradura

En la mayoría de las casas en el campo chileno, hay una herradura colgada sobre la puerta de entrada y con sus extremos hacia arriba.

Hay quienes utilizan este elemento como símbolo de fortuna y para alejar las malas vibras. El origen de esta superstición tiene que ver mucho más con este último punto.

Dunstán fue el arzobispo de Canterbury en el año 959. La leyenda cuenta que antes de convertirse en una autoridad eclesiástica, se desempeñaba como herrero, oportunidad en la que una criatura de aspecto sospechoso y con pezuñas le pidió que le colocara herraduras.

En esa oportunidad se percató que aquel ente era el diablo, por lo que dio fuertes golpes a los clavos que colocaba para sujetar la herradura, acción con la que causó un enorme dolor y las súplicas del demonio.

Tras este episodio le ordenó que no volviera más, así como que no entrara a las casas que tuvieran una herradura en sus puertas.

4. Pasar bajo una escalera

La reacción es instantánea. Ver una escalera en la calle y atreverse a pasar por debajo de ella, es para pensar de inmediato “algo malo me sucederá”. Quizás muchos lo han hecho “sin querer queriendo”, pero ¿por qué es de mala suerte?

Una escalera abierta o apoyada a la pared forma un triángulo, el cual se relaciona con la vida, por lo que se piensa que se está tentando al destino. Mientras que para los más cristianos, se atribuye a la Santísima Trinidad y que transitar por debajo de la estructura, se traduciría en atraer al demonio o blasfemar en contra del Espíritu Santo.

Angie Harms (CC) | Flickr

Angie Harms (CC) | Flickr

5. Cruzarse con un gato negro nunca ha sido un buen presagio

Hay quienes con sólo ver a un felino de este color se asustan y buscan todas las formas posibles para evitar cruzarse con uno de ellos.

En la antigüedad se creía que las brujas tenían la capacidad de transformarse en gatos negros, los que además habrían sido utilizado en sus rituales. Otros daban por hecho que este animal cortaba el paso al cielo una vez se atravesaba en su camino, según explica el sitio web eHow.

6. Derramar sal

Seguramente en más de alguna oportunidad has pasado a botar sal, por lo que rápidamente tomas una pizca para lanzarla por encima del hombro izquierdo y así asegurarte de alejar todo lo malo.

Los orígenes de esta superstición no están claros, pero existen diferentes teorías que la explican. Una de ellas tiene que ver directamente con echar la sustancia directamente a la cara del diablo, de esa manera se cegaría temporalmente y así nuestro espíritu contaría con el tiempo para quedar protegido por la buena suerte.

Mientras que la otra hipótesis, da cuenta que la sal era un producto muy caro en la antigüedad, que se negociaba en las diferentes culturas, uno de sus usos era para mantener en buen estado los alimentos, por lo que derramarlo podía significar hambre.

Dubravko Sorić (cc) | Flickr

Dubravko Sorić (cc) | Flickr

7. Quebrar un espejo

Se te cae un espejo y lo primero que haces, es asegurarte que no se quebró para no tener siete años de mala suerte.

En décadas pasadas se creía que los espejos eran el reflejo del alma, por lo que romper uno significaba un daño muy profundo al espíritu, el que demoraba siete años en sanar.

Otras de las teorías que rondan a esta “duradera” creencia, se explica por los altos costos que tenían para poder ser fabricados, no cualquiera podía tener un espejo. Por lo mismo, si alguien rompía uno de éstos se le hacía creer que le esperaría un terrible futuro.

8. El martes 13

“Ni te cases, ni te embarques, ni de tu casa de apartes”, tamaña advertencia deja más que claro que, por ningún motivo, hay que atreverse a salir del hogar durante este día.

Esta superstición es una de las más comunes en todo el mundo y en diferentes ámbitos de la sociedad. Se dice que en Italia el número 13 se evita en los juegos de azar, mientras que en las líneas aéreas internacionales se saltarían las filas de asientos con esta numeración.

Las explicaciones son variadas. Hay quienes relación este número con el banquete al que fueron invitados 12 dioses, cena a la que Loki, el espíritu de la pelea y del mal, llegó sin invitación. Cuando los demás presentes se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo, se enfrascaron en una batalla que dejó a Balder -el favorito- muerto.

Mientras que para los cristianos, la superstición tiene relación a la última cena, en la que estuvieron presentes los 13 apóstoles de Cristo, en donde Judas estaba sentado en el puesto que contaba con este número.

Dennis Skley (CC) | Flickr

Dennis Skley (CC) | Flickr