“El gobierno en poco más de un año no había logrado objetivos políticos de ninguna especie, por el contrario, el fracaso de las reformas, el creciente rechazo ciudadano, sumado a los impactos judiciales del Caso Caval y otros, hacían que la situación fuera cada día más difícil”, aseguró el presidente de la UDI, el senador Hernán Larraín, para referirse al cambio de gabinete realizado por la presidenta Michelle Bachelet.

El parlamentario sostuvo que los nombres que aparecieron en el nuevo equipo ministerial parecen indicar un giro hacia la moderación, sin embargo aseguró que es algo que se tiene que demostrar en la práctica, aclarándose cuáles van a ser las directrices del nuevo gabinete.

El presidente gremialista, emplazó a la Presidenta a que diga si es qué se va a seguir con la lógica de la retroexcavadora.

Al ser consultado sobre la permanencia del ministro de de Obras Públicas, Alberto Undurraga, quien fue criticado en el marco del Caso Penta, y la designación de Marcos Barraza en la cartera de Desarrollo Social, Larraín aseguró que creen en la presunción de inocencia, pero que esta era la oportunidad de efectuar los cambios para evitar cuestionamientos.

Una postura más crítica tuvo el diputado del mismo partido, José Antonio Kast, quien calificó de error el nombramiento de Barraza, debido a las críticas que hay entorno a su figura por la crisis que atraviesa la Universidad Arcis.

Por su parte, el presidente de Renovación Nacional, Cristián Monckeberg, expresó que era el minuto de hacer un cambio radical para recuperar la agenda.

Monckeberg, si bien dijo que respeta la designación de la mandataria, aseveró que se necesita un gabinete libre de ataques.

En tanto, el jefe de bancada de RN, Alejandro Santana, expresó que “hoy la presidenta debe procurar que no exista ningún elemento que distorsione su segundo tiempo, por eso también echamos de menos la situación que enfrentó la cartera de Obras Públicas, y que no haya contemplado la salida del ministro”.