Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud sobre la violencia en el mundo, Honduras es uno de los países más peligrosos del orbe, encabezando las tasas de homicidios de las naciones latinoamericanas. Conforme estas cifras, en dicho país mueren de esta forma 103 personas por cada 100.000 habitantes. Un panorama completamente ajeno al nuestro: 4,6 homicidios por la misma cantidad de pobladores.

Realidades tan diferentes que dificultan la comprensión de noticias y temores como los que se advierten hoy en el país centroamericano. A través de las redes sociales comenzó a expandirse el rumor de que buses y taxis colectivos que lucen pequeños peluches en sus parrillas o parabrisas lo hacen, bajo un código, para comunicarse con las maras y pandillas. De esta manera, la masificada moda del transporte hondureño fue puesta bajo la lupa de población y de las entidades de seguridad.

“Se miraba bonito y empezamos a usarlo como hobbie: un oso, un mono, un hombre araña, Supermán… cada quien ponía lo que quería. Pero, ya después de los rumores, que puede correr peligro la vida de uno, poco a poco lo hemos ido dejando”, contó Alexander, taxista de Tegucigalpa. Las advertencias indican que dependiendo del color o de la forma de los peluches, el mensaje sería informar sobre el pago hecho por extorsiones o dar “luz verde” al asalto y robo de los pasajeros.

Sin embargo, las autoridades policiales desmienten esta supuesta forma de comunicación y afirman que son rumores sin sustento. “Lo que sí podemos afirmar es que en los últimos días ha habido gente que se ha dedicado a estar tratando de desinformar a la población para que entre en pánico y nosotros siempre estamos alertas a cualquier llamado”, dijo al medio local La Tribuna el portavoz de la Policía Nacional, subcomisionado Leonel Sauceda.

Lamentablemente, la inseguridad en la que viven ciertas poblaciones hondureñas, obligan a sus residentes a preocuparse por este tipo de rumores y significan muchas veces cambiar los hábitos de conducta para no arriesgarse. No sólo muchos conductores han quitado los mencionados peluches, sino que también muchos pasajeros han evitado subirse a aquellos medios de locomoción.

Estos rumores, además, vuelven a ensuciar al transporte público hondureño, que ya “luce” cifras como las de siete taxistas muertos al mes, y la triste realidad de las extorsiones que muchos conductores deben pagar a las maras para poder cumplir con sus recorridos.

Tal como lo recuerda el informe de la cadena británica BBC, este tipo de rumor no es nuevo en el país centroamericano. Por ejemplo, ya se había extendido uno que afirmaba que ciertas coloraciones de pelo en mujeres las identificaban como miembro de alguna u otra pandilla. En aquella ocasión, también sin certezas, muchas hondureñas fueron a la peluquería, sólo por si acaso. Triste realidad que viven algunos hondureños.