Estados Unidos negó este domingo que los bombardeos realizados el 30 de abril en Siria por la coalición dirigida por Washington hayan dejado víctimas civiles, tras una denuncia que señaló que 52 personas habían muerto en esa operación.

“No tenemos ninguna indicación de que haya civiles muertos en ese ataque”, señaló el mayor Curt Kellogg, portavoz del Comando Central en un comunicado según el cual los bombardeos realizados en Birmahle (norte de Siria) el 30 de abril destruyeron numerosas posiciones y alcanzaron a 50 combatientes del grupo Estado Islámico.

Según el mayor Kellogg, “antes de los bombardeos las fuerzas kurdas que controlaban la ciudad, antes de tener que dejarla debido a un ataque de la organización Estado Islámico, reportó que no había civiles en el lugar desde hacía dos semanas”.

El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) denunció el sábado que al menos 52 civiles murieron en esos ataques en la provincia de Alepo.

Entre las víctimas figuran “7 niños, y otras 13 personas siguen bloqueadas bajo los escombros”, afirmó el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.

Según Rahman, milicianos kurdos y rebeldes luchan contra los yihadistas a unos 2 km de Birmhale. Pero en la aldea “sólo viven civiles. No hay posiciones del EI, ni enfrentamientos”.

“Ni un sólo combatiente del EI” murió en los bombardeos contra Bermhale, dijo, aunque otros ataques aéreos un poco más lejos mataron a siete yihadistas. 

La coalición internacional liderada por Estados Unidos, y en la que participan países árabes, bombardea posiciones yihadistas en Siria desde finales de septiembre. Varios países europeos colaboran, por su parte, en las operaciones de la coalición en Irak.

Estos bombardeos permitieron a los combatientes kurdos y a los rebeldes sirios retomar la ciudad de Kobane, fronteriza con Turquía, después de semanas de combates con los yihadistas.

El Pentágono reconoció en abril que el grupo Estado Islámico “mantuvo su influencia global” en Siria a pesar de la ofensiva aérea en su contra.