Era el periodista estrella del área deportiva de TVN. Había cubierto Mundiales y Juegos Olímpicos, además de ser uno de los principales rostros de Zoom Deportivo, que por entonces vivía su época dorada. Viajaba por el mundo, se codeaba con famosos, y su canal confiaba en él para enviarlo como corresponsal con recursos económicos ilimitados.

Entonces, ¿por qué Alejandro Machuca simplemente desapareció de las pantallas en 2000 para nunca regresar?

Hasta ahora, el profesional había guardado estricto silencio sobre su alejamiento tan abrupto como definitivo de la televisión. Actualmente trabaja de forma privada como asesor comunicacional y en el área de capacitaciones, lo que si bien no le reporta los mismos recursos, le permite mantener sin problemas a su familia.

La revista Sábado de El Mercurio logró que accediera a relatar parte de su periodo más exitoso, pero también más convulsionado. “Lo hago porque no siempre tienes conciencia del regalo que es la vida. Para decir que cuando te dan una segunda oportunidad, no puedes dejarla pasar”, indicó.

Machuca cuenta que aterrizó en el periodismo casi por casualidad, sin mucho convencimiento. Tras titularse en la Universidad Católica, pasó por Canal 11, Canal 13 y finalmente a TVN en 1990, donde se convirtió en figura del programa Noticias, viajando -incluso- a cubrir la guerra en la ex Yugoeslavia.

“Trabajaba desde las 9 de la mañana sin horario de salida. Cuando estaba en Noticias, era el programa número 1 y yo era el número 1 en las noticias. Eso me tenía tomado. Hay algo de adrenalina ahí, porque el reconocimiento te da satisfacción. Eres el centro de mesa y eso inevitablemente te atrae. La TV te da exposición, conoces mucha gente, vives en una burbuja y viajas mucho. Es inevitable que tengas pocos cables a tierra y te encandiles”, confidencia.

Pero aún faltaba más. Su consagración total llegó tras integrar el equipo de Zoom Deportivo junto a unos también nacientes Aldo Schiappacasse y Fernando Solabarrieta. El Mundial de Fútbol de Estados Unidos en 1994 fue la primera vez que el área deportiva de TVN superó a la de Canal 13, y gran parte del mérito lo tuvo Machuca.

Excesos, alcohol y drogas

Pero su ritmo de vida no era sostenible. El periodista dejó de lado a su familia, provocando el quiebre de su primer matrimonio y el distanciamiento con su hijo. No llegó a percatarse de lo que estaba ocurriendo.

“Empecé a meterme en un mundo de pasarlo bien. Caí en un montón de excesos, en drogas y en salir mucho de noche. Nos juntábamos con amigos en casas a conversar, a tomar unos tragos y ahí aparecían otras sustancias, cocaína principalmente. Como sólo tenía reuniones en la semana, trabajaba sábados y domingos y luego salía de lunes a viernes hasta las 4 ó 5 de la mañana. Por suerte no existía farándula tan fuerte en ese entonces porque hubiéramos sido material”, explica.

“Me gastaba la plata en puras tonteras. En salir a comer, a bailar, no te das cuenta cómo se van 80 lucas como si nada. Saca la cuenta si lo haces todos los días. Zafé muchas veces de control de Carabineros, manejando borracho, porque era conocido. Me hacía el simpático y me dejaban pasar. Me podría haber muerto en ese tiempo, pero no estás consciente de todo lo que haces”, añade.

El punto de quiebre llegó un día en 1996. Estaba en Milán, Italia, y debía realizar una entrevista a Iván Zamorano en su departamento, quien estaba en el apogeo de su carrera. Pese a lo trascendental del encuentro, Machuca no quiere ir. De hecho, no quiere hacer nada. No quiere levantarse. Ni siquiera ha preparado las preguntas. Por alguna razón, lo que antes le apasionaba ahora había perdido sentido.

Sólo la intervención de su camarógrafo logró convencerlo y la entrevista se realizó sin contratiempos. El público no se dio cuenta de nada, pero el periodista sintió por primera vez que no podía seguir así. Que necesitaba ayuda.

Buscando una segunda oportunidad

Las Últimas Noticias

Las Últimas Noticias

De regreso en Chile conversó con sus padres y sus jefes en TVN. Ambos le ofrecieron apoyo y lo enviaron a terapia de rehabilitación con un psiquiatra.

Machuca siguió trabajando en el área deportiva pero tras la cobertura realizada a los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, el canal decidió desvincularlo. La relación terminó de mala forma y Machuca acusó falta de confianza de los directivos de TVN para apostar por otros formatos y contenidos. La verdad era muy diferente.

“Cometí el error de tener una relación sentimental con alguien de mi área, pero esa fue la gota que rebalsó el vaso. No me dieron razones específicas, pero se me acababa el contrato y se sumaron varios factores. De alguna manera estaba marcado. No hice nada público que me pusiera en evidencia, nadie me pilló en nada, pero se sumó todo. Yo, de picado, culpé a Michael (Muller), porque estaba enojado. Pero la responsabilidad de mi salida fue mía: cavé mi propia tumba”, admite.

Cuando salió de TVN, Alejandro Machuca ganaba 3 millones de pesos. “Hoy quizá estaría ganando 9 millones”, sentencia.

Aunque rápidamente obtuvo trabajo siguiendo el Rally Mobil y participando en una revista, el profesional pasó por un extenso periodo de altibajos, tanto económicos como personales, con recaídas y nuevos periodos en terapia de rehabilitación. Durante este periodo, el apoyo de sus padres fue vital.

Poco a poco su vida comienza a estabilizarse, conoce a una nueva pareja y en 2001 vuelve a ser padre, desafío que en esta ocasión asume con una mirada diferente. Hoy viven todos juntos en un departamento en el centro de Santiago.

“La televisión le da muchas herramientas a gente que no está preparada para eso. Quizá debieran institucionalizar esa práctica de contener a la gente nueva, como lo hacen los clubes de fútbol con sus jugadores: se los llevan a vivir a ciertos barrios, los protegen. Cuando dejas a gente joven a su libre albedrío con ese nivel de ingresos y fama, es inevitable caer en ciertas cosas. Súmale la educación pobre que tenemos, que te enseña que tienes que ganar más plata a como de lugar, pero nada sobre valores, ética o moral”, es la reflexión final de quien alguna vez fue la promesa del periodismo deportivo en TVN.