Brillante recital ofrece diva portuguesa Dulce Pontes en el Teatro Nescafé de las Artes

visitas

La gran cantante portuguesa Dulce Pontes, una de las voces más privilegiadas de la música portuguesa, se presentó por primera vez en Chile, este jueves 23, en el escenario del Teatro Nescafé de las Artes, donde mantuvo embelesado a un público incondicional por cerca de dos horas.

Colaboradora de músicos de la talla de Ennio Morricone, Andrea Bocelli, Daniela Mercury y Joan Manuel Serrat, entre muchos otros, creadora del llamado fado de Pontes -ese género que ella introdujo a una nueva generación en la década de los ’90- ha hipnotizado a los auditorios más exigentes del mundo. Su talento, la profundidad de su voz y la madurez ganada desde la publicación de su primer disco, Lusitana (1992), la han convertido en una artista admirada por el público y por sus pares, capaz de despertar un abanico de emociones con sus interpretaciones.

La noche de su recital, en que la cantante lusitana estuvo acompañada de cuatro talentosos músicos, cumplió lo que predica de que “cada canción es un puerto de abrigo, más allá de conceptos como el tiempo o la distancia. Un espacio mágico donde se encuentran todas las almas, que es la razón de mi existir”.

En el concierto, que a ratos tuvo problemas de audio, Dulce entregó sus grandes himnos y presentó temas de ‘Puertos de Abrigo’, su primer disco en castellano, donde se atrevió con clásicos como “La Boheme”, popularizado por Charles Aznavour, “Alfonsina y el mar” de Ariel Ramírez y en su salida extra al final, “Gracias a la Vida” de Violeta Parra.

La presentación partió con Dulce Pontes sentada al piano, brindando canciones algo lentas, lánguidas en las que lució la potencialidad de su voz en diferentes tonalidades. Luego, el concierto viró hacia temas populares del folklor portugués y algunos fados, hasta concluir con ritmos folklóricos de su patria, a todo dar, con un público entusiasmado.

    visitas

La gran cantante portuguesa Dulce Pontes, una de las voces más privilegiadas de la música portuguesa, se presentó por primera vez en Chile, este jueves 23, en el escenario del Teatro Nescafé de las Artes, donde mantuvo embelesado a un público incondicional por cerca de dos horas.

Colaboradora de músicos de la talla de Ennio Morricone, Andrea Bocelli, Daniela Mercury y Joan Manuel Serrat, entre muchos otros, creadora del llamado fado de Pontes -ese género que ella introdujo a una nueva generación en la década de los ’90- ha hipnotizado a los auditorios más exigentes del mundo. Su talento, la profundidad de su voz y la madurez ganada desde la publicación de su primer disco, Lusitana (1992), la han convertido en una artista admirada por el público y por sus pares, capaz de despertar un abanico de emociones con sus interpretaciones.

La noche de su recital, en que la cantante lusitana estuvo acompañada de cuatro talentosos músicos, cumplió lo que predica de que “cada canción es un puerto de abrigo, más allá de conceptos como el tiempo o la distancia. Un espacio mágico donde se encuentran todas las almas, que es la razón de mi existir”.

En el concierto, que a ratos tuvo problemas de audio, Dulce entregó sus grandes himnos y presentó temas de ‘Puertos de Abrigo’, su primer disco en castellano, donde se atrevió con clásicos como “La Boheme”, popularizado por Charles Aznavour, “Alfonsina y el mar” de Ariel Ramírez y en su salida extra al final, “Gracias a la Vida” de Violeta Parra.

La presentación partió con Dulce Pontes sentada al piano, brindando canciones algo lentas, lánguidas en las que lució la potencialidad de su voz en diferentes tonalidades. Luego, el concierto viró hacia temas populares del folklor portugués y algunos fados, hasta concluir con ritmos folklóricos de su patria, a todo dar, con un público entusiasmado.