Durante esta jornada, desde La Moneda se refirieron a las críticas formuladas hacia el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, por no hacer públicos los informes que le compró el operador político ligado al PPD y recaudador de campañas de la Concertación y la Nueva Mayoría, Giorgio Martelli, vinculado a SQM.

Por ello, y tras ser consultado sobre este tema, el ministro secretario general de Gobierno, Álvaro Elizalde, desestimó que se hagan públicos los documentos y afirmó que el caso de Peñailillo mantiene “un abismo de diferencia” con otros casos conocidos en las últimas semanas.

El tema se cruza con llamados cursados durante el fin de semana efectuados por viejos rostros de la Concertación para realizar un cambio de gabinete. Entre ellos se encuentra el ex ministro del Interior de Bachelet, Edmundo Pérez Yoma, señaló a El Mercurio que la composición actual del Comité Político estaba diseñado para “otro tiempo” como 2014, pero que no basta para la crisis de la política actual.

Este lunes, los timoneles de los partidos de la Nueva Mayoría, al igual que anoche, apuntaron que un eventual cambio de gabinete es una decisión absoluta de la presidenta Michelle Bachelet, según ratificó el presidente saliente de la DC, Ignacio Walker.

Por su parte el timonel del PPD, Jaime Quintana, también se refirió a este tema asegurando que ha visto que los más interesados en cambiar los rostros más nuevos provienen de la denominada “vieja guardia”.

Osvaldo Andrade, presidente del PS, llamó a no hacerse cargo de los rumores y dijo que la presidenta tiene el respaldo para seguir gobernando.

La senadora por Atacama y candidata a presidir el Partido Socialista, Isabel Allende, aludió a las voces que llaman a realizar elecciones anticipadas, que forma parte de lo que algunos califican como la “intriga política” que está viviendo el oficialismo. Con tono directo, manifestó que “no se le ponen piedras en el camino” a la presidenta Michelle Bachelet.

Las críticas conocidas durante el fin de semana y que se han hecho públicas van de la mano con los reparos internos a la gestión de Bachelet, apuntando a que la mandataria debe tener un mayor liderazgo político en medio de la turbulencia del descrédito de la política.

En este contexto, para algunos el ministro Peñailillo resultó debilitado por la respuesta luego que se conocieran los negocios formalizados con Giorgio Martelli en 2011.