Quiero manifestar mi pena, angustia y rabia respecto a la “humanidad”.

Los que han venido a mi casa en San Fernando, la conocieron. Ella era la ‘mascota del barrio’ porque en realidad no tenía un hogar definido. Con algunos vecinos nos organizábamos y siempre le dábamos comida, agua; y en invierno cuando llueve o caen heladas, una de las vecinas la dejaba en su casa.

Ella era una perrita muy feliz. Cuando llegaba a la casa te recibía con su colita y sus patitas cortas. No era agresiva y no molestaba a nadie.

El martes en la noche, escuché un grito desgarrador de la perrita. No salí a mirar a la calle porque ella casi nunca ladra. Después salí a buscarla y no la encontré. Pensé que había ido a pasear por ahí.

A la mañana siguiente la vi acostada en la casa de la esquina. No me fue a saludar como lo hace siempre. Me fui a la universidad y cuando llegué en la tarde a la casa, lentamente se me acercó y apenas abrí la puerta, se metió al patio y se echó en el pasto.

Comenzó a temblar y me miró con cara de “ayúdame”. Fui donde la vecina amiga y me dijo que la lleváramos al veterinario. Eso hicimos (por suerte hay una consulta a 3 casas de la mía). Pensábamos que la habían atropellado, pero no. Unos desconocidos le dispararon un postonazo en la cabeza. ¿Por qué? No sé.

Para suerte de la perrita, sólo fue un rasguño. Tenía una herida superficial y no había infección.

La tarde de ese miércoles llegué de la universidad y la vi tirada en una esquina, me acerqué y ahí estaba la perrita, muerta como si fuera cualquier cosa. La mataron. Estoy destruida. Creo que los mismos del postonazo vinieron exclusivamente a “rematarla”. Así es como termina la caridad.

Muchos me dicen que la solución es no encariñarse y que es “la ley de la vida”. Perdónenme pero postonear a un perro no es ley de la vida. “Es que erís muy sensible”. Oye es cosa de mirar alrededor y darse cuenta que las personas funcionamos, en parte, en base a las emociones. Por eso nos ofusca tanto el caso CAVAL, SQM, FUT, Karadima, etc. Porque son ‘carerajismos’ hacia la empatía humana.

No quiero pretender ser animalista ni ‘abacanarme’ o aludir la salvación de la perrita, sin embargo, busco crear conciencia de un hecho tan básico como la empatía hacia el otro (humano o animal). Sé que la pérdida de un ser querido ya sea persona o animal, es parte de nuestras etapas del desarrollo, pero al menos esto me hace sentir viva.

Nicole Aranis Albarrán

Nicole Aranis

Nicole Aranis

Nicole Aranis

Nicole Aranis

Nuestra sección de OPINIÓN es un espacio abierto, por lo que el contenido vertido en esta columna es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial de BioBioChile