La policía española identificó una trama chilena que realizó centenares de llamadas en España desde una cárcel de Santiago comunicando falsos secuestros por los que exigía rescates de entre 200 mil pesos chilenos y 3 millones de pesos.

“En realidad no se trata de ningún secuestro real, sino de una estafa telefónica que busca presionar a las víctimas mediante amenazas para que paguen un supuesto rescate antes de colgar el teléfono”, informó este viernes la policía española en un comunicado.

Los “autores intelectuales” de la estafa fueron localizados en una cárcel de Santiago -desde donde efectuaban las llamadas- y “familiares y personas conexas a ellos serían los responsables” de cobrar los ingresos realizados por las víctimas, según la misma fuente.

Las autoridades judiciales españolas ya han enviado una comisión rogatoria a nuestro país, para que las autoridades actúen en este caso.

En dos meses, la policía española recibió 162 denuncias de distintas provincias española por estas llamadas, cuyos autores realizaban de forma aleatoria y principalmente a teléfonos fijos más que móviles para “minimizar gastos”.

En ellas, los falsos secuestradores exigían un rescate por la liberación de un familiar, “habiendo obtenido así unos 11.000 euros”, es decir, poco más de 7 millones de pesos.

Los autores de las llamadas decían a las víctimas que tenían a un familiar y que debían que pagar para “‘evitar torturas’” o preguntaban “¿cuánto valoras cada dedo de tu hijo/a?”, a veces aumentando la presión con efectos sonoros o intentando imitar la voz del supuesto secuestrado, según la policía española.

Los pagos se realizaban principalmente con depósitos o envíos de dinero “a través de compañías internacionales dedicadas a tal actividad”, aunque también llegaron a recurrir a transferencias bancarias.

Según la policía española, no hay un perfil específico de víctima, aunque en la mayoría de los casos, los receptores de las llamadas que pagaron eran personas “de avanzada edad y no habituada a relacionarse en redes sociales ni entornos virtuales”.

Las fuerzas del orden españolas llevan desde febrero alertando, por medio de mensajes en las redes sociales, sobre esta nueva forma de estafa.