El gobierno argentino aplicará sanciones a los empresarios del transporte si no garantizan un servicio mínimo durante la huelga de 24 horas lanzada desde esta medianoche por una veintena de sindicatos, que protestan por un impuesto a los salarios.

“Comenzaremos a tomar decisiones de otras características cuando no se cumplan las condiciones mínimas necesarias para que se pueda prestar el servicio que nosotros esperamos se preste”, dijo este lunes en rueda de prensa el jefe de gabinete, Aníbal Fernández.

La huelga, a la que se plegaron decenas de sindicatos, amenaza con paralizar la actividad en lo que será la cuarta medida de fuerza de gran alcance contra el gobierno de Cristina Fernández, que transita el último tramo de mandato con elecciones presidenciales el 25 de octubre próximo.

“La inusitada dureza (de los sindicatos) no habla de otra cosa que de esa visión política amparada en acciones que poco tiene que ver con lo que están persiguiendo”, señaló Fernández.

El gobierno convocó de urgencia este lunes a los empresarios del transporte para obtener una garantía de mínimo servicio.

La protesta amenaza con paralizar el servicio de colectivos, metro, trenes, taxi, expendio de combustible, transporte aéreo comercial, servicio de cargas y portuario, en tanto también se plegaron los sectores de médicos, bancarios y gastronómicos, entre otros.

El gobierno insistió en que no modificará el impuesto, cuya aplicación es progresiva según el nivel salarial y tiene una tasa máxima de 35%, pero afecta a trabajadores con sindicatos fuertes que logran cada año aumentos similares a la inflación de más del 30% anual mediante negociaciones paritarias con las empresas.

Los líderes de las dos centrales de trabajadores opositoras advirtieron que proyectan una huelga de 36 horas si no se accede a sus reclamos.

“Necesitamos una mesa de diálogo. Y si siguen con las provocaciones y sin dar respuestas a los reclamos las medidas de fuerza se van a ir incrementando”, advirtió el líder del sindicato de camioneros y titular de la opositora central obrera CGT, Hugo Moyano, un exaliado de Kirchner.

El titular de la CTA, la otra central opositora, Pablo Micheli, afirmó que “si no hay respuesta, esto nos lleva a un paro de 36 horas”.

A finales del año pasado una huelga similar fue suspendida luego de que el gobierno anunciara que el medio aguinaldo que se cobra en diciembre sería eximido del impuesto a las ganancias.