El presidente palestino, Mahmud Abas, afirmó el miércoles que quiere seguir negociando con Israel, al abrir una reunión crucial sobre el futuro de la Autoridad Palestina, asfixiada económicamente por el gobierno israelí.

“Pedimos a todos los países del mundo que reconozcan al Estado de Palestina”, declaró Abas, al iniciarse el encuentro en el que se podría plantear la disolución de la Autoridad.

“No obstante, queremos decirle a la parte israelí que estos reconocimientos no significan en lo más mínimo que no queramos negociar, o que queramos huir de las negociaciones”, agregó.

“El pueblo (israelí) elegirá a quien quiera y trataremos con él”, aseguró Abas, refiriéndose a las elecciones israelíes del 17 de marzo.

La crisis financiera de la Autoridad Palestina, que hace las veces de Estado a falta de una solución al conflicto entre israelíes y palestinos, se ha agravado desde principios de año por el rechazo de Israel a entregarle los impuestos que recauda en su nombre, esto es, unos 500 millones de dólares.

En este contexto, los dirigentes palestinos no han podido hacer frente desde hace tres meses a las nóminas de sus 180.000 funcionarios.

Y, además, un tribunal neoyorquino acaba de condenar a la Autoridad Palestina y a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que la controla, a abonar más de 650 millones de dólares en indemnizaciones a las familias de las víctimas de los atentados perpetrados durante la segunda Intifada.

En este contexto, habrá que “reexaminar las prerrogativas” de la Autoridad, dijo Abas el miércoles.

Durante su reunión de dos días en Ramala, sede de la Autoridad en Cisjordania ocupada, los 80 miembros del Consejo Central de la OLP presentes (la mayoría de los 30 ausentes no obtuvieron salvoconducto de Israel para concurrir o están en cárceles israelíes) deberán abordar también la crisis política que atraviesa la institución.

La OLP amenaza con poner fin a la cooperación en materia de seguridad con Israel e, incluso, disolver la Autoridad Palestina. Una decisión que sólo el Consejo Central de la OLP puede tomar, pero que, según Washington, conduciría directamente al caos.

En concreto, la disolución de la Autoridad Palestina implicaría que Israel, como potencia ocupante, debería hacerse cargo de los asuntos palestinos, es decir, garantizar los servicios públicos y dirigir el destino de más de cuatro millones de palestinos. Y, en consecuencia, enviar sus soldados a todas las ciudades y localidades palestinas.

Para Salim Zaanun, presidente del Consejo Central de la OLP, esta disolución es un “arma de doble filo”, ya que haría depender de la potencia ocupante el destino de los 4,6 millones de palestinos de las zonas ocupadas por Israel.

Creada en 1994 en base a los Acuerdos de Oslo sobre un autogobierno palestino, la Autoridad debía desaparecer en 1999, pero continúa vigente a falta de un acuerdo de paz. El mandato de Abas expiró en 2009.

Además, el parlamento, elegido en 2006 y en el que Hamas cuenta por primera vez con la mayoría, no se reúne desde 2007, cuando este movimiento islamista, privado de su victoria en las legislativas, expulsó por la fuerza al Fatah de la Franja de Gaza.

Abas acusó nuevamente a Hamas de no haber entregado el poder en Gaza al gobierno de unión previsto en el acuerdo de reconciliación firmado en la primavera boreal de 2014.

“Si recibo un acuerdo oficial escrito (de Hamas), promulgaré inmediatamente un decreto para convocar elecciones”, afirmó.

“Fue Abas quien retrasó las elecciones al no promulgar el decreto” en el plazo de seis meses “como preveía” el acuerdo, replicó Hamas.