El gobierno de Grecia aceptó este miércoles la reanudación del campeonato de fútbol a puerta cerrada, después de que fuera suspendido el fin de semana pasado por tercera vez esta temporada con el objetivo de tomar medidas para poner fin a la violencia.

Stavros Kontonis, ministro de deportes, dio la autorización, precisó la Federación Griega de Fútbol. La Liga y los clubes están de acuerdo en aceptar las medidas para luchar contra la violencia en el fútbol.

“Hoy hemos tenido una larga conversación con los representantes del fútbol y puedo anunciar que a partir de mañana (jueves) habrá una guía para combatir la violencia”, declaró Kontonis, tras una reunión en la que participaron los presidentes de la federación, de la Super League (primera división) y de segunda división.

“El gobierno ha decidido que los partidos de la Super League se disputarán este fin de semana sin espectadores”, añadió y pasó a detallar las medidas aprobabadas.

“Interrupción inmediata de los partidos en caso de incidentes, fuertes multas y penalización con retirada de puntos. Puesta en marcha de un sistema electrónico de venta de entradas”, dijo Kontonis.

El presidente de la Federación Griega de Fútbol Giorgos Girtzikis le apoyó: “Ningún partido se disputará si las medidas necesarias para acabar con la violencia no se cumplen”.

Spyros Kaloyiannis, presidente de la Super League, hizo un llamamiento a los aficionados para que “respeten las nuevas medidas porque es necesario para cambiar el fútbol griego”.

Además Kontonis se reunirá con el presidente de la UEFA Michel Platini, el lunes en Suiza, para tratar la situación del fútbol en Grecia.

El gobierno de Grecia había anunciado el pasado miércoles la suspensión de los partidos de primera división del fin de semana, mientras decidía las medidas que toma tras los incidentes sucedidos en el duelo entre el Panathinaikos y Olympiakos, entre ellos agresiones, lanzamientos de objetos e invasión del campo por parte de los hinchas.

Fue la tercera suspensión de la competición en la actual temporada. La primera se decretó en septiembre, después de la muerte de un aficionado en la isla de Creta durante un partido de tercera división.

En noviembre también se suspendió el fútbol tras una agresión a un árbitro que tuvo que ser hospitalizado.