Ecuador, Colombia y Perú desarticularon una organización internacional de trata de mujeres, incluidas adolescentes que eran forzadas a prostituirse en Lima con la complicidad de funcionarios que las hacían pasar por mayores de edad, anunciaron autoridades en Quito este miércoles.

La banda reclutaba a jóvenes ecuatorianas a través de redes sociales y mediante engaños las llevaban a Perú con documentación falsa que era suministrada por un funcionario y dos ex empleados del Registro Civil, actualmente detenidos, explicó el viceministro del Interior, Diego Fuentes, en rueda de prensa junto a jefes policiales.

En Lima las ecuatorianas eran forzadas a prostituirse.

Durante los operativos conjuntos, las autoridades hallaron a 200 mujeres en “situación de explotación sexual”, incluidas dos menores, una de ellas reportada como desaparecida, y se investiga si todas eran víctimas de la organización, dijo una fuente del ministerio a la AFP.

Gracias a un trabajo de inteligencia se determinó que “había toda una estructura de 15 personas que victimizaban a las mujeres ecuatorianas (…), y obviamente las tenían en situación de vulneración total y explotación sexual”, señaló Fuentes.

La red fue desbaratada tras varios meses de operativos que concluyeron el lunes con la captura en Colombia del ecuatoriano Luis Guerra, conocido como “El Capi” y quien es señalado de comandar la organización.

“El Capi”, buscado por la Interpol por asesinato y que formaba parte de la lista de delincuentes más buscados de Ecuador, fue detenido en el departamento colombiano de Nariño, según Fuentes.

La organización estaba conformada por un total de 26 personas, 15 de las cuales -10 peruanos y cinco ecuatorianos- fueron capturadas en Perú y están siendo procesadas por trata de mujeres y proxenetismo.

Los otros 11 sospechosos están en poder de las autoridades ecuatorianas, incluidos el funcionario y los dos exempleados del Registro Civil.

Cifuentes agregó que aún no se ha podido determinar cuántas mujeres fueron reclutadas por la red.

“Las mujeres permanecían detenidas en hoteles y permanecían con vigilancia y seguridad. Solo salían en determinadas horas mediante servicios de transporte privado a los centros de tolerancia y eran regresadas en los mismos transportes”, agregó el viceministro.