Barack Obama, François Hollande, Angela Merkel y David Cameron prometieron este martes una “fuerte reacción” de Occidente en el caso de que haya cualquier violación “mayor” del alto el luego en el este de Ucrania.

Los líderes de Alemania, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña e Italia “acordaron que en el caso de que haya una violación mayor de la implementación del cese el fuego, va a ser necesaria una reacción fuerte de la comunidad internacional”, señaló un comunicado difundido por la presidencia francesa.

En una conversación telefónica, que incluyó también al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, las autoridades de los diferentes países abogaron además por un fortalecimiento de la misión de observadores que efectúan un seguimiento del cese el fuego y el retiro de las armas pesadas.

Tras el acuerdo logrado en Minsk, el 12 de febrero, se implementó en Ucrania un alto el fuego tres días después, que trascurre en medio de acusaciones tanto de Kiev como de los rebeldes prorrusos que de la otra parte viola las condiciones. Además se suceden las acciones armadas, como la toma de Debaltsevo por los separatistas, pocos días después de iniciada la tregua. 

Puntos estratégicos

El lunes, el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, había pedido este martes un refuerzo de las misiones de observación y había nombrado diez puntos donde se ha violado la tregua y afirmó que su homólogo ruso, Vladimir Putin, había apoyado esta sugerencia, tras una conversación telefónica, que también incluyó al mandatario francés y a la canciller alemana. 

Occidente ha acusado a Rusia de armar a los separatistas y de desplegar sus tropas en Ucrania. 

Y, mientras Moscú sigue negando su implicación en el conflicto, varios medios rusos han publicado, en las últimas semanas, entrevistas de soldados rusos que combaten en Ucrania. 

Las áreas citadas por Kiev son el área cercana al aeropuerto de Donetsk, controlado por los rebeldes, y la localidad de Shyrokine, en las afueras del estratégico puerto de Mariupol, que es la única ciudad importante de la zona en conflicto que todavía está en manos del gobierno.

El ejecutivo ucraniano teme que la ciudad, en la cual viven cerca de medio millón de habitantes, sea blanco de una ofensiva de los separatistas por su posición, que permitiría crear un puente terrestre entre Rusia y Crimea, anexionada por Moscú hace un año. 

El ejército ucraniano ha denunciado que desde hace varios días se están concentrando tropas enemigas y que hay una actividad de drones.

Medidas de austeridad

Por otra parte, Kiev intentaba este martes tomar medidas para estabilizar una economía al borde de la quiebra. 

La guerra en el este industrial de Ucrania empeoró una situación ya de por sí complicada tras más de dos años de recesión. 

El valor de la grivna, la moneda ucraniana, se dividió casi por tres en poco más de un año, las reservas de divisas están casi agotadas, la actividad cae y la inflación no para de subir.

Para detener ese fenómeno, el banco central ucraniano anunció este martes una subida de su tipo de interés del 19,5% al 30% a partir del miércoles.

Además, el Parlamento estudiaba un paquete de reformas necesarias para conseguir un nuevo préstamo de 17.500 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional.