La presidenta argentina Cristina Fernández movilizó el domingo una multitud para su último discurso de apertura de sesiones del Congreso antes de las elecciones de octubre, donde reivindicó los 12 años de gestión kirchnerista, aparentemente aliviada del sacudón político por la muerte de un fiscal que la denunció.

Enfática, la presidenta de 62 años habló durante tres horas y 45 minutos, enfatizando en los logros en planes sociales, defendió los millonarios acuerdos comerciales con China, cuestionó el poder Judicial y anunció un proyecto para estatizar los ferrocarriles.

“Yo no dejo un país cómodo para los dirigentes, sino para la gente”, dijo la mandataria en un mensaje en el cual recordó varias veces que en nueves meses dejará el poder al que accedió como primera dama durante la gestión del fallecido Néstor Kirchner (2003-2007) y luego como Presidenta en 2007 con una reelección en 2011.

En las afueras una masiva concentración de militantes la seguía en pantallas gigantes con cánticos y aplausos eufóricos que incrementaban dependiendo del temario, como cuando aseguró que su Gobierno “desendeudó definitivamente” a este país de 40 millones de personas.

Caso AMIA y fiscal Nisman

Al final Fernández abordó el tema que la tuvo contra las cuerdas los dos últimos meses: el atentado contra el centro judío AMIA de 1994 y la denuncia en su contra por encubrimiento que presentó el fiscal Alberto Nisman cuatro días antes de aparecer muerto con un balazo en la cabeza, el 18 de enero, la víspera de explicar su acusación en el Congreso.

“Lamento su muerte como lamento la muerte de cualquier argentino, de cualquier ser humano”, dijo la presidenta sobre la muerte del exfiscal de la causa especial AMIA.

Pero luego, molesta, calificó la denuncia como “una vergüenza y un bochorno”.

“Han pasado 21 años y no tenemos un solo condenado, ni un solo preso” por el atentado a la AMIA en 1994 que dejó 85 muertos y 300 heridos. “No me vengan a hablar de la AMIA a mí”, dijo ofuscada por unas pancartas sobre el tema que exhibieron algunos diputados opositores.

El 10 de diciembre Fernández entregará el poder al sucesor que resulte de las elecciones generales del 25 de octubre.

En este fin de ciclo, miles de militantes se agolparon en las afueras del Congreso, organizados en columnas identificados por colores y carteles portando pancartas con mensajes como “Continuará” o “Cristina es pueblo”.

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Juan Mabromata | AFP

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Fin de ciclo militando

La presidenta, una peronista de centro-izquierda que sucedió a su fallecido esposo Néstor Kirchner, termina su segundo mandato sin derecho a aspirar a otra reelección.

La movilización buscaba contrarrestar una marcha realizada el 18 de febrero y organizada por fiscales opositores, a la que se sumaron más de 100.000 personas exigiendo justicia por la muerte del fiscal Alberto Nisman.

Pero Kirchner llegó a este último gran acto constitucional aliviada por la decisión del juez federal Daniel Rafecas que el jueves desestimó la denuncia de Nisman por “inexistencia de delito” en un fallo contundente.

El caso Nisman dividió al país entre quienes consideran al fiscal una víctima del gobierno y quienes denuncian un complot internacional para desacreditar a Kirchner impulsado por poderosos exagentes de los servicios de inteligencia echados de sus puestos el 17 de diciembre pasado.

Emiliano Lasalvia | AFP

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Precandidatos de oyentes

Kirchner estuvo rodeada de todos los precandidatos del oficialismo que sueñan con sucederla en la Casa Rosada.

Entre ellos, el mejor ubicado en las encuestas es el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, un aliado de la presidenta a pesar de ser un peronista de centroderecha.

Entre los miembros del gabinete, lleva la delantera en los sondeos el ministro del Interior, Florencio Randazzo, pero también se postula como candidato el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.

La sesión fue presidida por el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, otro precandidato del oficialismo, en ausencia del controvertido vicepresidente Amado Boudou, procesado por presunta corrupción quien viajó a Montevideo para la asunción del electo presidente de Uruguay Tabaré Vázquez.

El derechista alcalde de la capital, Mauricio Macri, que viene creciendo en las encuestas presidenciales, se dijo “listo para nuevos y grandes desafíos” al dar su último discurso de apertura de sesiones de la Legislatura (parlamento de Buenos Aires).

El tercero en la intención de voto es el diputado de centroderecha Sergio Massa, exjefe de gabinete de Kirchner.