Artista nacional obtiene premio en Bienal internacional de Artes Visuales en México

Linea Blanca de Claudio Correa (C)
Linea Blanca de Claudio Correa (C)
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Bienal de Las Fronteras, que se realiza en el límite de México con EEUU, premió con el tercer lugar al artista Claudio Correa con su obra Línea Blanca que reflexiona sobre la subyugación de las naciones latinoamericanas a los intereses económicos trasnacionales.

El 5 de marzo se inaugura la muestra “Borders” de la Bienal de las Fronteras en el Museo de Arte Contemporáneo de Tamaulipas en Matamoros, México. En ella participará el destacado artista chileno Claudio Correa quien fue seleccionado por un jurado especializado, y premiado con el tercer lugar. La Bienal de Las Fronteras se desarrolla en el estado de Tamaulipas, ubicado en la frontera con Texas (EEUU) y fue concebida como una plataforma pública y participativa dirigida a las expresiones más actuales del arte visual, donde convergen la creación, el análisis y la difusión del arte contemporáneo que promueven la exploración de las fronteras de las prácticas artísticas actuales. Es apoyada por destacadas instituciones como el Museo del Barrio de NY, Museo Guggenheim de NY, Museo de Arte Carillo Gil (Ciudad de México) y Bennial Fondation. La Bienal de las Fronteras busca promover la creación de obras y proyectos curatoriales facilitando el acceso a artistas y curadores a exponer y desarrollar sus propuestas que aporten a la discusión crítica en torno al binomio regional-global, sus retos y oportunidades.

La Bienal planteó como temática para esta versión la noción de “Bordes”, concepto que en el contexto curatorial de la Bienal se abre para su interpretación, análisis o experimentación.

A través de una convocatoria internacional la Bienal de las Fronteras se conformo de obras que fueron seleccionadas por un jurado especializado. Claudio Correa es el único representante seleccionado para representar a Chile en esta primera versión de la Bienal, en donde además obtuvo el tercer premio de adquisición con su obra “Línea Blanca” que consiste en un montaje escultórico protagonizado por monedas de cera que son replicas de dos monedas de 1 peso latinoamericanas; el nuevo peso uruguayo de 1975 y del nuevo peso mexicano de 1993.

Correa instala 10.000 de estas monedas realizadas en cera en escala 1:1 y junto a ellas 4 reproducciones, también en cera, de las mismas monedas pero en un formato mayor (90 cms. de diámetro). Todas las monedas constan de una mecha, a la manera de una vela de cera.

Este trabajo repara en el origen de dos monedas latinoamericanas, que durante el último cuarto del siglo XX, tuvieron que ser rebautizadas con el prefijo Nuevo. En ambos países, Uruguay y México, la renovación de las monedas implicó que un Nuevo Peso equivaldría a mil pesos viejos, como parte de una  medida de freno inflacionario y una búsqueda de estabilidad política. La obra busca visibilizar la permeabilidad de las fronteras nacionales por los intereses económicos transnacionales. El borde que subraya son las coincidencias identitarias de ambas monedas.

La instalación de monedas de cera tiene latente el germen de su propia autodestrucción: mechas que regularán el proceso de derretimiento del material, por encendido y apagado. En consecuencia, las esculturas de monedas adquieren una apariencia ruinosa, opuesta a la nominación de “Nuevo”. La obra “Línea Blanca” establece un paralelo entre la historia de las monedas y el devenir del material de las esculturas bajo la idea de posible pérdida. La posibilidad de destruirse y transformarse en el transcurso de la muestra, está presente desde la concepción de ésta obra.

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Bienal de Las Fronteras, que se realiza en el límite de México con EEUU, premió con el tercer lugar al artista Claudio Correa con su obra Línea Blanca que reflexiona sobre la subyugación de las naciones latinoamericanas a los intereses económicos trasnacionales.

El 5 de marzo se inaugura la muestra “Borders” de la Bienal de las Fronteras en el Museo de Arte Contemporáneo de Tamaulipas en Matamoros, México. En ella participará el destacado artista chileno Claudio Correa quien fue seleccionado por un jurado especializado, y premiado con el tercer lugar. La Bienal de Las Fronteras se desarrolla en el estado de Tamaulipas, ubicado en la frontera con Texas (EEUU) y fue concebida como una plataforma pública y participativa dirigida a las expresiones más actuales del arte visual, donde convergen la creación, el análisis y la difusión del arte contemporáneo que promueven la exploración de las fronteras de las prácticas artísticas actuales. Es apoyada por destacadas instituciones como el Museo del Barrio de NY, Museo Guggenheim de NY, Museo de Arte Carillo Gil (Ciudad de México) y Bennial Fondation. La Bienal de las Fronteras busca promover la creación de obras y proyectos curatoriales facilitando el acceso a artistas y curadores a exponer y desarrollar sus propuestas que aporten a la discusión crítica en torno al binomio regional-global, sus retos y oportunidades.

La Bienal planteó como temática para esta versión la noción de “Bordes”, concepto que en el contexto curatorial de la Bienal se abre para su interpretación, análisis o experimentación.

A través de una convocatoria internacional la Bienal de las Fronteras se conformo de obras que fueron seleccionadas por un jurado especializado. Claudio Correa es el único representante seleccionado para representar a Chile en esta primera versión de la Bienal, en donde además obtuvo el tercer premio de adquisición con su obra “Línea Blanca” que consiste en un montaje escultórico protagonizado por monedas de cera que son replicas de dos monedas de 1 peso latinoamericanas; el nuevo peso uruguayo de 1975 y del nuevo peso mexicano de 1993.

Correa instala 10.000 de estas monedas realizadas en cera en escala 1:1 y junto a ellas 4 reproducciones, también en cera, de las mismas monedas pero en un formato mayor (90 cms. de diámetro). Todas las monedas constan de una mecha, a la manera de una vela de cera.

Este trabajo repara en el origen de dos monedas latinoamericanas, que durante el último cuarto del siglo XX, tuvieron que ser rebautizadas con el prefijo Nuevo. En ambos países, Uruguay y México, la renovación de las monedas implicó que un Nuevo Peso equivaldría a mil pesos viejos, como parte de una  medida de freno inflacionario y una búsqueda de estabilidad política. La obra busca visibilizar la permeabilidad de las fronteras nacionales por los intereses económicos transnacionales. El borde que subraya son las coincidencias identitarias de ambas monedas.

La instalación de monedas de cera tiene latente el germen de su propia autodestrucción: mechas que regularán el proceso de derretimiento del material, por encendido y apagado. En consecuencia, las esculturas de monedas adquieren una apariencia ruinosa, opuesta a la nominación de “Nuevo”. La obra “Línea Blanca” establece un paralelo entre la historia de las monedas y el devenir del material de las esculturas bajo la idea de posible pérdida. La posibilidad de destruirse y transformarse en el transcurso de la muestra, está presente desde la concepción de ésta obra.

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